Pues como les decía, ya estamos aquí. Nos ha encantado Toronto, como estamos en un hotel en el centro financiero y el estacionamiento cuesta como si el coche también durmiera en cama, buscamos uno fuera y decidimos usar el transporte público dentro de la ciudad. Es una magnífica manera de "tocar el lugar", ver más de su gente y mirar sus calles con calma, sin el pendiente de dónde estacionar, qué calle tomar, etc. Después de París cualquier ciudad se queda chica, nos pasó igual en Chicago, donde ninguna parada tenía nombre y no se sabía a qué hora llegaría el autobús (o de plano si llegaría). Aquí hay metro y un tranvía muy simpático que hemos tomado varias veces.
Fuimos a la Isla que está enfrente por recomendación de Moni, se toma un barquito y se disfruta pasar un rato viendo el Skyline. Miren:
Por cierto, hay un pequeño aeropuerto pegado a la ciudad pero dentro de la isla, donde vuelan unos aviones pequeños de la línea Porter, y la usamos para ir a Chicago, nos sentimos muy bien tratados (quitando el desastre que fue haber tenido que salir corriendo del Aeropuerto Pearson, del cual creíamos que salíamos, atravesar la ciudad y tomar 4 transportes para llegar a este!! fue la locura...)
Ahorita, ya con calma, qué bonito fue ver a los aviones aterrizar. La siguiente foto muestra uno, a ver si lo encuentran...
Desde el cuarto del hotel podemos ver la torre CN, las luces van cambiando de color cada minuto.
No muy definida la foto, pero con la mejor intención...
Hoy fuimos a las Cataratas, lo que diga es poco, qué experiencia. Como dato cultural, hay un promedio de una muerte por semana en ellas, generalmente por suicidio. Si hasta para morirse hay estilos...
Esta foto está tomada desde la ventana de un restaurante, del Centro de Bienvenida.
Esta otra desde el mismo ángulo, aunque más cerca. El arcoiris siempre aparece, a menos que llueva o sea de noche, dice Ramón.
El barquito es una experiencia indescriptible, pero sólo si hace suficiente calor, si no, puedo asegurarles una buena pulmonía. No se puede tomar foto cuando uno está en medio del agua, ni siquiera se pueden abrir los ojos, es cosa de cerrarlos y llorar de emoción...
Otra cosa que puede hacerse es el Whirpool Aerocar, que es una especie de teleférico que nos llevó por un meandro del río Niágara, donde hay un remolino. Lo vimos a unos 70 metros de altura.
Otra experiencia preciosa es el Mariposario a unos 5 km de las cataratas, donde literalmente hay miles de mariposas volando, se paran en cualquier lado, no puede uno creerlo...
Habrá más Toronto, para compartirles su arte, mientras los dejo con su naturaleza.
Besos torontonianos (cada vez el gentilicio está más chistoso!!)
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