Después del sur de Francia le dimos una buena paseada a España.
Debo decirles que el invierno en Europa no deja pasear igual. Empezamos con Biarritz, donde había estado antes y con el viento y la lluvia sólo pudimos caminar unos minutos. Les comparto estas escenas de la playa:
Comimos en un restaurante donde encontré estas fotos y me llamó la atención esta:
Ya hace mucho tiempo que Biarritz es un lugar de veraneo hermoso y elegante.
Miren esta otra:
Nosotros como mexicanos no concebimos ir a la playa y tener frío, no dejan de asombrarnos estas imágenes.
Aquí una última del mar que nos tocó ese día.
Seguimos el viaje rumbo a San Sebastián, que también conocía con mejor clima y esta vez se portó muy mal.
Esta foto parece en blanco y negro, pero no lo está, la tomé entre un aguacero y otro. Es el río Urumea.
Aquí va una más:
Otra del río, lo más colorido que vimos esa tarde:
Lo único que nos quedó fue guarecernos en los lugares de pintxos y darnos gusto. Me encantó este cartel, en una de las calles del centro. Aquí se muestra cómo el vasco, junto con el húngaro y el finés, son idiomas incomprensibles para los mortales que no los hablamos.
Y como les decía, los pintxos nos salvaron el paseo. Fríos y calientes, y frente a cada escaparate, no hay a cuál irle...
Pero el viento era tal que nos volaba el paraguas, así que después de guarecernos, comer y beber, salimos rumbo a Bilbao. La suerte fue casi la misma, pero tuve algunos instantes de luz y aquí les van un par de imágenes, esta, de la universidad de Deusto, frente al río:
Aquí arriba, frente al Mercado de la Ribera, donde nos sentamos a comer.
Aquí una imagen del mercado, tomada de la red, desde otro ángulo, y seguramente con otro clima:
Nos tomamos el tranvía de la ciudad (que en toda Europa son bellos y silenciosos) y llegamos hasta el Museo Guggenheim, y pensamos en Max y Dulce, que aman esta ciudad, y en María, porque es su cuna.
Y miren esta escultura, (yo estoy tomándole el brazo al señor, que también es escultura)...
Y ya saben que no puedo dejar de fotografiar callecitas...
Así, oscura y todo, me pareció muy bella.
Y de Bilbao la emprendimos hacia Portugal. En el camino pasamos por Burgos, miren qué puerta hermosa, (la puerta y el arco de Santa María) mientras caminábamos hacia la catedral.
Y aquí la puerta de entrada a la catedral.
Esta, más completa, es de la red.
Les cuento un poco de esta belleza:
Su construcción comenzó en el año 1221, siguiendo patrones góticos franceses. Tuvo importantísimas modificaciones en los siglos xv y xvi: las agujas de la fachada principal, la capilla del Condestable y el cimborrio del crucero, elementos del gótico flamígero que dotan al templo de su perfil inconfundible. Las últimas obras de importancia (la sacristía o la capilla de santa Tecla) pertenecen ya al siglo xviii, siglo en el que también se modificaron las portadas góticas de la fachada principal.
Pasamos sólo un par de horas aquí. De regreso al coche nos topamos con estos árboles:
Observen cómo están unidas las ramas de la parte de arriba.
Llegamos a Valladolid sólo a pasar la noche, pero les comparto este par de esculturas callejeras, que nos gustaron:
Y ya verán en la siguiente, qué bello es Portugal.
Besos festivos.
Esta última estatua callejera se parece mucho a Ramón...
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