Pues llegamos a Portugal, entrando por Braganza. La lluvia fue tal esa tarde que ni siquiera pudimos salir del hotel. Así que nos fuimos directo a Porto. Allí pudimos ver más. Esta hermosa ciudad, cuna del Porto (llamado también Oporto). Una de las cosas agradables, es darse una vuelta por las bodegas, para una explicación del proceso, terminando con una cata.
Un poco de historia:
El vino de Oporto se produce en los viñedos de la Región vitícola del Alto Duero. Antes del siglo XVII, esta región era ya conocida por sus vinos, tintos y blancos, aunque eran poco consumidos fuera de Portugal. En 1678, Inglaterra y Francia entran en guerra, ocasionando escasez de vino en el reino británico. Para hacer frente a la escasez, Inglaterra recurrió a los vinos de Portugal, su aliado de tres siglos. El vino del valle del Douro comenzó a hacerse popular en Gran Bretaña, más que nada por su ubicuidad en tiempos donde el vino francés era escaso o inexistente. Una versión sobre el origen del vino de Oporto como se conoce actualmente, dice que en 1678, comerciantes de Liverpool adoptaron una técnica utilizada en un monasterio en Lamego para modificar el vino. Esta técnica consiste en añadir brandy al vino durante la fermentación, interrumpiendo así el proceso de fermentado. El resultado es un vino con mayor contenido de alcohol (hasta 25 °G.L.),1 y con sabor más dulce, debido al azúcar remanente que no terminó de fermentarse.
El éxito de este tipo de vino en Gran Bretaña, llevó al establecimiento de varias casas vinícolas en Portugal, de origen británico. Para el siglo XVIII, había un monopolio británico de facto sobre la producción de oporto. Este monopolio duró hasta la fundación de la Companhia Velha, que marcó el ingreso de los portugueses a la producción y comercialización de este vino.
La bodega que visitamos es la Calem. Terminamos con una feliz degustación:
Tomamos el tour del autobús, que incluía también un paseo en barco, pasamos por los 6 puentes principales, pero les comparto el que más nos llamó la atención:
El puente de la Arrábida (en portugués, Ponte da Arrábida) es un puente que cruza el río Duero, en Portugal, uniendo la ciudad de Oporto —por la zona de la Arrábida— con Vila Nova de Gaia.
Este puente es uno de los seis que existentes en la ciudad de Oporto. Desde la década de 1930 era necesario crear alternativas a los viejos puentes de María Pía y Don Luis para responder al creciente flujo de circulación de coches de esta zona.
En el momento de su construcción en 1963, era el mayor puente de arco de hormigón armado del mundo. La longitud total de su plataforma es 614,6 m y tiene una anchura de 26,5 m. Su vano es de 270 m y 52 m de eje , este arco constituido por dos nervaduras huecas paralelas, 8m de ancho conectados por reforzamientos longitudinales y transversales.2
El ingeniero responsable de su diseño y construcción fue Edgar Cardoso Antonio Mesquita que contó con la colaboración del arquitecto Ignacio Fernandes Peres y el ingeniero José Francisco de Azevedo e Silva.
El 23 de mayo de 2013 fue declarado como monumento nacional.3
En una zona lejos del centro, frente a la playa de Matosihnos, donde nos llevó el autobús, está una preciosa escultura, que flota y se mueve con el viento, le llaman La Anémona, pero es una red que recuerda los esfuerzos y las vidas que se ha llevado el mar, entre tanto pescador:
Y una de las imágenes más clásicas de Porto, frente a Gaia (del otro lado del Duero):
Aquí precisamente cruzando el río, que divide a Porto de Gaia:
Nos hizo un atardecer precioso.
Y al día siguiente salimos hacia Coimbra, una hermosa ciudad universitaria:
Aquí la Plaza de la Universidad, donde está la Facultad de Derecho.
La Universidad tiene una de las bibliotecas más hermosas del mundo, la biblioteca Joanina. Miren una imagen de la red:
Abajo una imagen de la entrada al Jardín Botánico.
La catedral es románica y muy diferente a lo que habíamos visto antes:
Hace décadas que escucho Fados, las canciones típicas de Portugal, que hablan siempre de la "saudade", la nostalgia. En Coimbra pudimos ir a un recital en vivo, y lo disfrutamos enormemente.
Aquí de camino, por esas escarpadísimas calles de la ciudad:
Y aquí en pleno concierto:
El fado en Coimbra es especial, sólo lo cantan los hombres, y viene de las serenatas que les llevaban a las enamoradas. La canción más famosa es precisamente 'Coimbra', pero que todos conocemos como 'Abril en Portugal'. Con esa terminó el concierto, y por supuesto, todos la cantamos.
Aquí encontramos una escultura hermosa, con esa guitarra especial para cantar los fados, que es construyó precisamente en Coimbra.
De Coimbra pasamos por Batalha, una pequeña ciudad de 15,000 habitantes. La villa fue fundada por el rey João I, juntamente con el Monasterio de Santa Maria da Vitória, para agradecer el auxílio divino concedido en la victoria de la batalla de Aljubarrota —14 de agosto de 1385— contra los castellanos.
El monasterio es único, miren estas imágenes:
Aquí la tumba de Joao I y su esposa Filipa.
Gracias a una exposición fotográfica que había, pude captar esta imagen de las manos, que me conmovió (la tumba es muy alta y no hay forma de verlas más que desde arriba):
Deben haberse querido mucho.
Ahora esta del interior del monasterio:
Y estas dos de las capillas imperfectas, llamadas así porque las dejaron sin terminar:
Miren el detalle:
Y después de Batalha nos fuimos a Óbidos, un pequeño pueblo amurallado, (en realidad es una única calle que da la vuelta), lleno de sabor, y que recordaba con gran cariño. Les comparto un par de imágenes:
Yo siempre en busca de esculturas callejeras, pero esta es una de las que esperan una moneda para moverse:
Muy linda sonrisa tenía esta muchacha.
Aquí los dejo con esta. La siguiente será de Lisboa.
Besos antiguos.
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