Hace más de una década que Ramón quería conocer Siracusa, la cuna de Arquímides, y para él uno de los grandes hombres que ha tenido la humanidad. El viaje implicaba una escala en Roma, y era complicado hacerlo directo, así que decidimos partir el viaje y pasar unos días antes y otros después en Roma, que en la siguiente reseñaré.
Al llegar a Catania (aeropuerto de Fontanarossa) alquilamos un coche para poder movernos un poco en Sicilia. Al final, el departamento que rentamos, con la vista al mar nos pareció tan fantástico, que pasamos muchas horas escuchando el mar y las gaviotas.
Siracusa, al sur de Sicilia, como les decía, vio nacer a Arquímides, que fue un hombre soprendentemente adelantado a su tiempo (287 a 212 A.C), matemático, físico, ingeniero, inventor, en opinión de algunos, el hombre más genial que ha existido, que le dio al mundo la teoría de la flotación, anticipó el cálculo integral y diferencial, encontró aproximaciones para el número π, estudió sobre esferas, cilindros, áreas y volúmenes, la ley de la Palanca y la determinación de centros de gravedad. La mayoría de lo que hizo, desgraciadamente se perdió, y la humanidad tuvo que esperar casi dos mil años para recuperar algunos de sus descubrimientos...
Todo lo que tuviera que ver con él fue visitado, es decir, aquello donde pudo haber caminado y reflexionado:
La fuente de Aretusa,
El teatro de Apolo...
El teatro griego,
O simplemente recorrer las plazas que hay, y que lo recuerdan:
La Plaza Duomo,
Y finalmente, su estatua; cómo le hubiera gustado a Ramón hacerle algunas preguntas...
Ramón feliz.
Por cierto, nos sorprendió ver la cantidad de nopales que crecen en Siracusa, Ingrid me mandó una liga con información de la palabra Cactus, que viene del griego Kaktos, así que con la pena debo decir que los mexicanos no somos los autores de los nopales, aunque sí del arte de cocinarlos y comerlos, aquí no los tocan; pero les cuento que a la dueña del departamento que rentamos le conté que en México los preparamos de todas formas, y que además conocemos sus propiedades medicinales, y al día siguiente llegó con una caja llena, dispuesta a tomar una clase de cocina para conocer el sabor (y cómo quitarles las espinas), y me dijo que sus vecinas estaban emocionadas de pensar que les enseñaría a cocinarlos, así que si algún día van a Siracusa y algún plato tiene nopales, díganles que conocen a quien les enseñó a prepararlos por primera vez... ¿No les parece increíble que lleven aquí miles de años y a nadie se le haya ocurrido probarlos?
Dejamos Siracusa con tristeza, pero nos fuimos a Taormina, una joya de lugar, y ya desde varios kilómetros antes nos iba acompañando el Etna...
Para llegar pasa uno por muchos túneles y luego hay que subir por una carretera sinuosa hasta encontrarse con este pueblito, enclavado en la montaña.
Esta era la vista desde el hotel...
Como todas las ciudades europeas, encuentra uno la calle principal llena de tiendas, restaurantes, y sus callecitas, que como bien saben me encanta buscar para compartirlas con Ustedes...
Y esta en especial, que le recordó a Ramón sus raíces italianas,
Ya hacía unos años, Adriana y Luis nos trajeron una foto de la calle, así que la andábamos buscando...
Luego un momento memorable, sentados viendo el Etna, el mar, y deleitándonos con un licor de naranja, un vino de la región y un postre sin igual:
De esos instantes que uno no quiere que se acaben...
Pero todo se acaba, y nuestra estancia en Sicilia también. Y con ella, esta forma exquisita de comer (nos fascinó el pez espada) y beber (el vino Nero d'Avola que tanto nos recomendó José Manuel).
Aquí el volcán diciéndonos adiós desde el aire...
Besos sicilianos.
¿Fue Arquímedes un adelantado a su tiempo porque nació en 287 pero murió en 212?
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