sábado, 16 de diciembre de 2017

Lanzarote

Queridos,
Como iba a Madrid, le dije a Juan que hiciéramos un viajecito de dos días a algún lado que se le antojara. Me dijo que quería ir a Lanzarote. Dada mi gran ignorancia, no me imaginé que volaríamos casi tres horas para situarnos frente a Marruecos y el Sahara Occidental, y mucho menos que el paisaje se parecería a Marte.

Llegamos a un hotel muy recomendable (Arrecife Gran Hotel y Spa), que por azares del destino nos ofreció a un precio por demás razonable, una suite que sólo un futbolista puede pagar. Teníamos 240 grados de vista en el piso 16, de manera que pudimos ver el mar y el sol al ponerse y al salir...









Eso, unido a un jacuzzi con vista (que quien me conoce sabe que en otra vida fui camarón de caldo), hicieron que el primer día (¡¡ sólo teníamos dos !!), decidiera no salir del hotel:


La cena memorable, la vista increíble, ya estaba yo enamorada de esta isla sin haber estado más que en este edificio...

Pero, al día siguiente, Juanito (que de Juanito no tenía nada) un amigo español de Juan, originario de Albacete, fue nuestro amoroso guía (vive aquí), pasó por nosotros y nos llevó a conocer. Aquí la amistad:



Les cuento que la razón por la que Juan quiso conocer, es porque sigue en Instagram a una fotógrafa (Chiara Zonca), que con una fotografía del lugar, puso una frase: "Si África e Islandia tuvieran un hijo amado, eso sería..."

Un poco de historia:
Lanzarote es una isla del archipiélago canario (España), en el océano Atlántico. Pertenece a la provincia de Las Palmas. Su capital es Arrecife.
El nombre de la isla procede del marino genovés Lanceloto Malocello, quien la visitó en el siglo XIV. Con 145.084 habitantes,​ Lanzarote es la tercera isla más poblada de Canarias, tras Tenerife y Gran Canaria. Con una superficie de 845,94 km² es la cuarta isla más extensa del archipiélago. En el centro-suroeste de la isla se encuentra el Parque nacional de Timanfaya, que es una de las principales atracciones turísticas de Lanzarote. La isla es en su totalidad desde 1993 Reserva de la Biosfera de la UNESCO.
Fuimos precisamente a ese parque, donde no se puede caminar, la visita tiene que hacerse en autobús.
Y de camino nos fue enseñando cosas lindas y diferentes, como estos viñedos:


El clima oscila todo el año entre 20 y 30 grados lo que la convierte en un lugar lleno de turistas, no importa qué mes. Pero el viento es tan fuerte, que para cultivar las viñas hay que hacer estos huecos con las piedras, para protegerlas...


Aquí Juan disfrutando su nueva pasión. 
El parque sólo puede visitarse dentro de un autobús, dado que los volcanes todavía están "vivos", en cualquier momento puede uno pisar algo que lo lleva a un hoyo caliente, o salir un chorro de vapor. Así que trepados en el camión empezamos el recorrido. Cuando les digo Marte, creo que las imágenes no me dejaran mentir:









Aquí Juan muy atento:



Al final el autobús se detiene en un restaurante que se nos antojaba, además de tener una vista excepcional, ¡ miren la forma que se cocina la comida !




El calor sale directamente de la tierra, y créanme, era bastante, le advierten a uno que no meta la mano, y sólo de acercarla se arrepiente uno...

Teníamos ganas de quedarnos a comer allí y probar ese pollo, pero Juanito quiso llevarnos a Los Hervideros, un acantilado donde el agua revienta de tal manera que en verdad parece hervir.






El contraste entre el mar y la montaña es impresionante:



Nos dijeron varios que había sido un error haber ido sólo dos días, que ese lugar es para quedarse al menos 5, rentando un coche y visitando las diferentes playas y lugarcitos secretos que guarda para el aventurero. Incluyendo paseo en camello:



Y en vez de pollo nos refinamos un pescado que salió del mar esa mañana, un cherne "a la espalda" con papas arrugadas y "mojo", esa salsita naranja que está en el frasco; miren qué cara tenía:



Si tienen oportunidad, no se pierdan esta isla.

Besos canarios.

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