domingo, 20 de enero de 2019

Badajoz, Mérida y Cáceres

Queridos,

De Lisboa la emprendimos hacia España. Nuestro fin de año sería en Madrid, pero todavía había algunos lugares que conocer..

Era 25 de diciembre cuando llegamos a Badajoz. No habíamos planeado nada para comer, fue un viaje de "a ver qué encontramos" y nos llevamos la sorpresa de que el restaurante del hotel ya estaba lleno, pero nos dijeron que camináramos al centro, que algo encontraríamos.

Siempre estoy procurando evitar a las personas en las fotos, que los lugares estén lo más 'limpios' posibles, pero esta vez, nos sorprendió encontrar un centro de ciudad básicamente vacío.
Las únicas personas fuera de su casa, se encontraban en la Plaza Alta, donde un restaurante prometía servirles comida una hora después:




Nos dijeron que el 25 de diciembre todos están comiendo en familia.
Miren:





Les cuento un poco de Badajoz:

Está situada en la Comunidad Autónoma de Extremadura.
En 2017 tenía 150 543 habitantes, lo que representa el 22,14 % de la población total de su provincia y el 13,94 % de la comunidad extremeña. 
Esta cifra la sitúa como el municipio más poblado de Extremadura y de la cuenca hidrográfica del Guadiana, que surca la ciudad de este a oeste para después girar hacia el sur donde hace de frontera con Portugal.
Su importancia geoestratégica y fronteriza condicionó su historia como plaza fuerte y amurallada, siendo eje de las relaciones diplomáticas entre España y Portugal,78910​ celebrándose tratados o bodas reales en la ciudad.11​ En 1580, Felipe II trasladó la Corte  completa a Badajoz, mientras se desarrollaba la campaña de ocupación lusitana12​.13​ En la actualidad, sus buenas relaciones transfronterizas con la portuguesa y vecina Elvas, han dado lugar a un acuerdo, desde 2013, como Eurociudad, para impulsar un crecimiento conjunto.



Fundada por Ibn Marwan en el año 875, sobre un asentamiento ocupado desde las épocas más remotas de la prehistoria (visigodos, romanos, etc.), se instaló sobre una población visigoda entonces ya desaparecida, o al menos en alto grado de decadencia, aprovechando la cima de una de las dos colinas: el Cerro de la Muela, a partir del cual se desarrolló la ciudad actual, llegando a ser una importante capital de un extenso reino independiente en época taifa (el mayor de la península), donde se encontraba una de las mayores bibliotecas del mundo árabe, siendo un importante centro cultural de la época.


Arriba una imagen de la Catedral de San Juan Bautista. Abajo, la Giraldilla.




Al llegar a una de las puertas de entrada a la zona amurallada, encontramos un único taxi, pero sin conductor. Finalmente encontramos a alguien que nos regresó al hotel.


Después de caminar una hora, y con una baguette debajo del brazo (única compra) volvimos al hotel, pedimos un cuchillo y untamos el pan con mantequilla de cacahuate, acompañados de una botella de vino. Singular y feliz comida de Navidad, jaja.

Desde el hotel podíamos ver el río Guadiana al fondo:


A la mañana siguiente salimos rumbo a Mérida, muy recomendada por Ingrid y Josémanuel.


En Mérida todo es romano. Estoy segura que la mitad de las construcciones modernas tienen algo romano abajo.
Apenas al llegar me encontré con esta escena: las cigüeñas ocupando su territorio...

Pues les cuento un poco de historia de la ciudad:

Mérida, según la tradición historiográfica, fue fundada como colonia romana en el año 25 a. C. por orden del emperador Octavio Augusto para servir de retiro a los soldados veteranos (eméritos) de las legiones V Alaudae y X Gemina; aunque hay propuestas para fechas más tempranas. La ciudad, una de las más importantes de toda Hispania, fue dotada con todas las comodidades de una gran urbe romana y ejerció de capital de la provincia romana de Lusitania desde su fundación y como capital de toda la Diócesis de Hispania durante el siglo IV. Tras las invasiones bárbaras, a partir del siglo V d. C., Mérida siguió siendo una importante ciudad del Reino Visigodo de Hispania en el siglo VI.

Hay dos lugares que son imperdibles, el teatro y el anfiteatro.
Con la llegada de la tecnología, puede uno visitarlos con un visor de realidad virtual y ver cómo eran en la época en que florecieron. Increíble. Aquí Ramoncito listo para la visita:



Esta imagen, a un costado del teatro.


Aquí otra del teatro. Un poco de historia:

Es un teatro histórico levantado por la Antigua Roma en la colonia Augusta Emerita, actual Mérida (España). Su creación fue promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa y, según una fecha inscrita en el propio teatro, su inauguración se produjo hacia los años 16-15 a. C. «Príncipe entre los monumentos emeritenses», como lo denominó el arquitecto José Menéndez-Pidal,1​ el teatro es Patrimonio de la Humanidad desde 1993 como parte del conjunto arqueológico de Mérida.
El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante durante el siglo I d. C., cuando se levantó el frente escénico actual, y otra en época de Constantino I, entre los años 333 y 337. El teatro fue abandonado en el siglo IV d. C. tras la oficialización en el Imperio romano de la religión cristiana, que consideraba inmorales las representaciones teatrales. Demolido parcialmente y cubierto de tierra, durante siglos la única parte visible del edificio fueron las gradas superiores, bautizadas por los emeritenses como «Las Siete Sillas». Las excavaciones arqueológicas en el teatro comenzaron en 1910 y su reconstrucción parcial en 1962. 

La construcción de teatros en la Antigua Roma respondía más a intereses políticos que a los gustos del pueblo romano, que prefería acudir al circo a ver carreras de carros y al anfiteatro a ver combates entre gladiadores y animales.1​ Desde el teatro la autoridad realizaba una eficiente propaganda de ella misma y del modo de vida romano, tanto a través de la majestuosidad del edificio y su decoración como de los mensajes que desde su escenario se podían transmitir. La construcción del teatro emeritense se proyectó junto con la del adyacente anfiteatro en el momento de fundación de la ciudad romana. 

El conocimiento de la existencia del teatro emeritense, sorprendentemente, es bastante reciente. A principios del siglo XX, después de muchas centurias de abandono y despojo, todavía el edificio se hallaba cubierto de tierra, sobresaliendo únicamente el hormigón de la summa cavea, llamada «Las siete sillas». En 1910 se iniciaron las excavaciones que dirigió el arqueólogo madrileño José Ramón Mélida.

Aquí una reproducción de la estatua de la diosa Ceres:




Desde 1933 alberga la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

A partir de1992 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; miren una escena del Festival Juvenil Europeo de Teatro Grecolatino, en abril de 2018:



Cada clase social romana tenía su sitio específico en el teatro: la proedria para los senadores, la ima cavea para los caballeros, la media cavea para la plebe libre, la summa cavea para los libertos y esclavos y el matroneo para las mujeres.

Es impresionante saber que en su época, el teatro podía techarse con unas enormes lonas, y albergaba hasta 6,000 espectadores.

Aquí jugando con las estatuas:



Y del teatro, pasando por estos arcos, llega uno al anfiteatro:



Un poco de historia:

La construcción del anfiteatro se planificó junto con la del teatro y se levantó muy poco después. Según se deduce de las inscripciones halladas en su interior, fue inaugurado en el año 8 a. C. Con esta obra se completaba el proyecto de dotar a la colonia Augusta Emerita, ya entonces capital de la provincia Lusitania, de una gran área pública para espectáculos, acorde con su categoría política y administrativa. Este edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, las denominadas venatio, que junto a las carreras en el circo fueron las preferidas por el pueblo romano.2




Y en verdad es increíble poder ver a través del visor, cómo eran las peleas, el techado, el público...
Muy recomendable si algún día lo visitan.

Y de Mérida nos fuimos hacia Cáceres. Llegamos ya al anochecer, pero todavía pude tomar algunas imágenes con los últimos rayos del sol del día.

La ciudad de Cáceres es un auténtico museo en sí misma. Dispone de restos de todas las épocas de su historia, muy bien conservados gracias a sus habitantes y a las distintas administraciones. Desde sus orígenes, con la fundación de la Norba Caesarina del 34 a.C., pasando por la Al-Cazires musulmana, la conquista de Alfonso IX, la fundación de la Orden de Santiago, o la época de la Conquista de América, Cáceres goza de un rico patrimonio monumental y artístico.





Ahora un poco de historia:

La ciudad vieja de Cáceres fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, ya que es uno de los conjuntos urbanos de la Edad Media y del Renacimiento más completos del mundo. La Concatedral de Santa María, el Palacio de las Veletas (Museo provincial de Cáceres), los palacios de los Golfines (de Arriba y Abajo), la Casa del Sol, la Torre de Bujaco o el Arco de la Estrella son algunos de sus monumentos más bellos y admirables.


Miren aquí arriba esta placa, las fechas y los personajes que estuvieron aquí. Qué increíble poder caminar en estos lugares tan llenos de historia.


Y aquí otra, a Rubén Darío, el príncipe del verso castellano.

Y esta otra, con un sobrerelieve que me gustó mucho:



En la plaza de la Concatedral, se encuentra esta estatua de Pedro de Alcántara:



Aquí en el Jardín de Doña Cristina de Ulloa, un espacio de recreo, con un restaurante:





Así nos despidió Cáceres:


Besos extremeños.

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