Varios de Ustedes saben que nos fuimos a Madrid a acompañar a Juan a defender su tesis doctoral en Ingeniería Aeronáutica. Todo un evento para nosotros, después de cuatro años de trabajo arduo y bien dirigido por Manuel, su tutor en la Universidad Politécnica Aeronáutica.
Cuando Max se enteró de que estábamos ahí me mandó un mensaje bien claro: "¿Madrid? Espero la mejor reseña de estos 6 años". Creo que lo decepcionaré, pero haré lo que pueda para compartirles los hermosos momentos que pasamos. Fue también él quien nos hizo notar que del hotel estábamos a dos cuadras del Museo Sorolla. Como era un viaje familiar no teníamos muchos planes culturales, pero no podíamos perdernos ese...
Pero empecemos por el principio:
El primer día nos invitaron a cenar María y Carlos en el restaurante de Covadonga, su hermana (de María). El Maitia. ¡ Una joya de lugar ! Pequeño, íntimo, divertido y la comida insuperable. En vez de darnos un menú "nos lo cantaron". Para poner atención a los platos no le tomé foto a Covadonga mientras nos enamoraba con los platillos, pero les puedo decir que dolía sólo pensar que había que escoger uno...
El menú incluye entrada, plato fuerte y postre.
Para no agobiarlos, sólo les comparto lo que escogimos de plato fuerte: María una merluza con berberechos, Carlos el roast beef, Ramón el jabalí con setas y yo el confit de pato a las hierbas. Probé todos y no hubo a cuál irle.
Como en verdad no quiero que ninguno que vaya a Madrid se pierda la experiencia, les comparto la tarjeta con los datos. Es necesario reservar, tiene mucha fama.
Pues así pasó la primera noche. El domingo fue día de convivencia y de museo.
El Museo se encuentra en su hermosa casa, y aunque hizo muchas obras, no están por supuesto, todos sus cuadros.
Les platico un poco de Joaquín Sorolla:
Nació en Valencia en 1863 y murió en Cercedilla, España, en 1923. Formado en su ciudad natal con el escultor Capuz, estudió posteriormente las obras del Museo del Prado y, gracias a una beca, pudo residir y estudiar en Roma de 1884 a 1889. En esta época se dedicó sobre todo a cuadros de temática histórica, que no ofrecen demasiado interés.
Un viaje a París en 1894 lo puso en contacto con la pintura impresionista, lo que supuso una verdadera revolución en su estilo. Abandonó los temas anteriores y comenzó a pintar al aire libre, dejándose invadir por la luz y el color del Mediterráneo. Son precisamente las obras de colores claros y pincelada vigorosa que reproducen escenas a orillas del mar las que más se identifican con el arte de Sorolla. Este magnífico autorretrato, dedicado a su amor, Clotilde, lo pintó en 1909.
Seguro les quedaré debiendo, al escoger sólo unos pocos de sus cuadros, pero si se quedan con hambre, vayan a la red, donde pueden darse un banquete.
Pescadoras valencianas, 1915.
Desnudo de mujer, 1902. Su manejo de las luces claras lo deja a uno con la boca abierta.
Este cuadro parte el alma. Trata de blancas, 1894. En cuanto a la crueldad del ser humano, no hay nada nuevo bajo el sol.
Este, que muestra a su amada Clotilde, se llama Madre, y lo pintó después de que dio a luz a su hija, en 1895.
Instantánea, en la Playa de Biarritz en 1906.
En el estilo más característico de Sorolla, el de técnica y concepción impresionista, destaca la representación de la figura humana (niños desnudos, mujeres con vestidos vaporosos) sobre un fondo de playa o de paisaje, donde los reflejos, las sombras, las transparencias, la intensidad de la luz y el color transfiguran la imagen y dan valor a temas en sí mismo intrascendentes. Algunos críticos consideran estas obras un cruce entre los impresionistas franceses y los acuarelistas ingleses.
Este, uno de sus muchos Niños en la playa.
Su estilo agradable y fácil hizo que recibiera innumerables encargos, que le permitieron gozar de una desahogada posición social. Su fama rebasó las fronteras españolas para extenderse por toda Europa y Estados Unidos, donde expuso en varias ocasiones. De 1910 a 1920 pintó una serie de murales con temas regionales para la Hispanic Society of America de Nueva York.
Una imagen de su casa que muestra la cómoda forma en que vivió:
Fue un artista muy activo, que realizó también numerosos retratos de personalidades españolas y algunas obras de denuncia social (Y aún dicen que el pescado es caro) bajo la influencia de su amigo Blasco Ibáñez. Este hermosísimo cuadro, que muestra una imagen triste y real (un niño accidentado en un barco de pesca), no se encuentra en su casa, sino en el Museo del Prado. (Este cuadro le encanta a Juan, y fue el que me sugirió que lo compartiera).
¡ Y aún dicen que el pescado es caro ! 1894, Museo del Prado.
Y ahora les platico un poco de la exposición temporal, Un día en casa de Sorolla: La explicación empieza con una frase, del mismo Sorolla: "... yo ni he querido nunca ser, ni quiero ni querré nunca ser más que pintor". ¿No es hermoso que alguien pueda hablar de esa forma de sí mismo?
En abril de 2014, un grupo de pintores se reunieron a trabajar juntos en los jardines de la casa de Velázquez, (residencia de artistas en Madrid), exponiendo el resultado con el título Un día en Casa de Velázquez. En 2015 hicieron lo mismo en Fuendetodos, dando lugar a Un día en Casa de Goya. Surgió entonces la idea de repetir estos encuentros, visitar periódicamente la residencia de los artistas. Un día en Casa de Sorolla es un homenaje a la amistad y al amor por el oficio. Un hombre que hizo de la vida pintura y de la pintura vida.
Nos encantó ver la forma en que diferentes artistas representaron lo que vieron en su casa. No cabe duda de que la belleza está en el ojo que la mira... y luego viene la maestría para representarlo...
Esto es lo que vimos nosotros,
Esto nos devuelve... (Ay, al recortar la imagen corté su nombre, lo lamento mucho)
Aquí la interpretación de (ya tuve más cuidado) Annika Tabi.
Aquí esta otra de Fernando Herrero.
Quisiera compartirles muchas más, ya me extendí mucho, no quiero cansarlos, porque el relato debe seguir...
Nos pasamos una hermosa mañana juntos en ese bello jardín:
Finalmente llegó el día del examen:
Primero muy concentrado antes de arrancarse,
Aquí en plena presentación.
Resultado: aprobado con Sobresaliente, la más alta calificación; y pues qué les digo...
Luego de allí, a festejar con todo el grupo, incluyendo a los sinodales. Fuimos a cenar a la Castafiore, un restaurante donde los mismos que nos sirvieron la cena, nos alimentaron con sus cantos.
Aquí Juan con Antonio, uno de los sinodales,
Y aquí todos felices. Debo decir que pareciera que Ramoncito se llevó la noche, en canto, baile y diversión. Juzguen por ustedes mismos en estos minutitos de video:
http://www.youtube.com/watch?v=gpxB5BdXvDE La Habanera
http://www.youtube.com/watch?v=6oNOzN1n5hA Las Sombrillas
http://www.youtube.com/watch?v=W-kmq9uZh9Q Cielito Lindo
En cuanto al Castafiore, difícilmente habrán tenido una mesa más alegre...
Besos más que orgullosos.
Guau! padrísima reseña! Un gran abrazo al Doctor Don Juan y a su querida y orgullosa mamá! ... Iremos al Sorolla, y a esos restaurantes que sólo los españoles saben tener. Un beso!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, espero que disfruten mucho estos lugares.
Eliminar¡Muchísimas felicidades al nuevo Doctor! Ustedes también las merecen.
ResponderEliminarGracias querido Luis, un abrazo a los dos.
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