domingo, 3 de junio de 2018

Luxemburgo y los tíos

Queridos,
Tuvimos la alegría de que nos visitaran Jaime y Marisa Macouzet, tíos de mi parte, pero él y Ramón estudiaron juntos desde la primaria, lo cual nos hace amigos de la infancia, además de ser quienes me hospedaron el mes que me quedé en Querétaro por mi operación del hombro, así que son una pareja que nos hace felices ver.

Esta vez vinieron a París con los Villagómez, amigos de muchos años...


Hicimos un paseo por los hermosos jardines de Luxemburgo y los llevé a conocer la que a mí me parece la fuente más hermosa, la de los Medicis o de Los Amantes:


Aunque es tan bella y famosa, en general sorprende que siempre puede uno encontrar una silla para sentarse a disfrutarla. Yo me había inventado una historia al ver los personajes, pero la real es la siguiente: Polifemo, un cíclope de la mitología griega, se enamoró de Galatea, que a su vez estaba enamorada de Acio. Un día Polifemo los espía y los encuentra "retozando" en la playa, y en su furia de celos le rompe la cabeza a Acio con una piedra y de la sangre de éste, Galatea hace que surja el río Acio, cuyo cauce llega hasta el mar, en Sicilia. Aquí la escena:


En el amor y los celos poco se ha inventado, excepto porque ya no se pueden andar rompiendo cabezas nomás así...

Después de la fuente, visitamos el Museo de Luxemburgo, que esta vez tiene una exposición de Tintoretto, de una época particular, sus primeros años de pintor (empezó básicamente en la adolescencia, a los 16 años).
La exposición conmemora los 500 años de su nacimiento.

Nació el 29 de septiembre de 1518  en Venecia, hijo de un tintorero, y aunque su nombre de pila fue Jacopo Robusti, adquirió ese sobrenombre debido precisamente a la profesión de su padre.

Marcado por la determinación y la ambición de triunfar, desde esos primeros años como pintor logró su independencia, teniendo su propio taller.
En una Venecia cosmopolita, marcada por grandes pintores, impresores y críticos exigentes, darse un lugar no fue nada sencillo.

A pesar de ser uno de los grandes nombres de la historia de la pintura, Tintoretto no ha merecido tradicionalmente mucha atención por los museos e instituciones. Por un lado la escasez de exposiciones dedicadas a él se explica por razones logísticas, ya que muchas de sus obras maestras son lienzos de gran formato y se encuentran en Venecia en los edificios para los cuales fueron concebidas. Por otro, también hay motivos para la polémica, teniendo en cuenta su enorme producción, a menudo confundida con la de discípulos e imitadores. Tales dificultades han retraído a museos, que generalmente sólo planifican muestras parciales.

Este cuadro, su autorretrato es uno de los más famosos.


Este otro,  de sus más conocidos, La Adoración de los Magos, (lo pintó antes de los 20 años) se encuentra en el Museo del Prado en Madrid.


Se nota una gran influencia de Tiziano, uno de los grandes pintores venecianos y maestro de Tintoretto. Aunque su ambición lo llevaba a querer igualar a los otros grandes la época como Rafael, Miguel Angel...

Este siguiente, se llama El laberinto del amor, una alegoría de la vida humana. El cuadro fue prestado de la Royal Collection Trust, de Su Majestad la Reina Isabel II, Muestra del Wallraf-Richartz-Museum.


Lo empezó a pintar en 1538 y lo terminó en 1552...



¿Les recuerda a algún pintor holandés de la época?

Como retratista fue grande y reconocido, aquí la muestra:


Este retrato, de Andrea Calmo (1555) nos deja ver su maestría para "lanzar" desde la oscuridad una cabeza, con el fondo negro y haciendo resaltar sólo algunos detalles de la ropa. Marisa me decía (ella es pintora, y muy buena), que una de las cosas más difícil de lograr, es el color de la piel.


Este otro, de Lorenzo Soranzo, de 1547. El autor realizó varios para la familia Soranzo, este parece ser uno pintado en vivo, y como preámbulo  para uno más oficial. Noten de nuevo la maestría para darnos las sutilezas de los negros en las ropas.


Este supone ser del padre del pintor, Gianbattista Robusti, el cuadro podría haber sido pintado en 1547, y aunque hay dudas, su padre murió en 1550, así que no puede ser muy posterior. Una vez más, la maestría para mostrarnos con sutileza la piel, los botones, el anillo...

Estos dos cuadros siguientes fueron hechos para estar en un techo:


Fueron encargados por Vettor Pisani, que, con motivo de su boda, quiso arreglar su casita veneciana. Este de arriba, Júpiter y Semele.

Este siguiente, Decalión y Pirra, frente a la estatua de la diosa Temis.





Este de arriba, de la Sagrada Familia me llamó mucho la atención. Pintado sobre madera, y sólo detallado el San José, pareciera que fue una muestra para vender otro, simplemente mostrando cómo podría quedar terminado, queriendo impresionar a algún comprador interesado...





Como en casi todas las exposiciones temporales, no sólo hay obras del autor, sino también de las que presumen ser de su taller. Este es el caso de la escultura de Sansón y los dos filisteos, de Daniele de Volterra, entre 1550 y 1555. Me impresionó la maestría del torso girado y los detalles. Por eso les incluyo dos imágenes, tomadas desde dos ángulos diferentes. Noten la cabeza de uno de los filisteos, debajo del pie de Sansón.

En 1550, la reputación de Tintoretto ya está bien establecida, y se multiplican los encargos de obras. Entre 1551 y 1556, dedica mucho de su trabajo a  imágenes de mujeres, siendo sus temas la mitología  griega o el Génesis.
Esta siguiente, Judith y Holofernes, que se encuentra normalmente en el museo del Prado,  me impresionó por su fuerza.


En fin, que aunque aquí se muestran sólo obras de sus primeros años, a Tintoretto le esperan trabajos más prestigiosos para La Madonna dell'Orto, la Scuola Grande di San Rocco o el Palacio de los Dogos. Se impone en Venecia como uno de los grandes, y puede decirse que fue uno de los representantes que lograron el paso del Renacimiento del siglo XVI al Barroco del siglo XVII.

Es lindo llenarse los ojos de arte.

Y para cerrar con broche de oro la visita, cenamos, invitados por ellos, en Au Pied de Cochon, rico restaurante, que por cierto, nos acabamos de enterar que no cierra NUNCA, creo que es el único restaurante en París, abierto las 24 horas.


Besos parisinos.


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