Queridos:
Pues ya les contaba en la reseña de Madrid, que aunque la Casa Botín presume de ser la más antigua de Europa, creemos que es el Procope el que se lleva las palmas. Este restaurante data de 1686.
Philippe y Chantal nos hablaron para invitarnos a comer, y aceptamos felices ("volontiers" se dice aquí).
Aquí una foto de la fachada, tomada de la red, porque hoy estaba tan gris que no lucía:
Un poco de historia:
Es uno de los más famosos y el más antiguo café-restaurante de París. Situado en el 6º distrito, en la rue de l'Ancienne-Comédie, 12 (antes, rue de la Comédie y, antes aún, rue des Fossés-Saint-Germain). Es tradicionalmente un café y restaurante de artistas e intelectuales.
Veinte años después de la introducción del café en la corte de Francia, un siciliano de nombre Francesco Procopio Dei Coltelli tuvo en 1686 la idea de abrir cerca de Saint-Germain-des-Prés un establecimiento donde se probaría este brebaje en sociedad. Tres años más tarde, la instalación de la reciente Comédie Française en la misma calle atrajo a la clientela del mundo del espectáculo.
Presume de ser la primera heladería del mundo.
Autores como Voltaire o Rousseau eran habituales contertulios, en lo que fue el primer café literario. Diderot concibió entre sus paredes —según dice la «leyenda del Café»— su Encyclopédie y Benjamin Franklin, la Constitución de los Estados Unidos.
La mesa que usaba Voltaire sirvió de altar votivo temporal de sus cenizas y de los ataúdes de Louis Michel le Peletier de Saint-Fargeau y Jean-Paul Marat camino al Panteón.
Aquí la mesa, la foto tomada de la red:
Además de estos elementos históricos, el lugar está lleno de recuerdos de todos los personajes importantes que han pasado por allí. Tomé fotos sin saber muy bien qué había adentro (puse cara de turista), y se las comparto:
Cuenta la leyenda que Napoleón Bonaparte, siendo todavía un joven militar desconocido, dejó su sombrero en pago de la cuenta...
Aquí una foto de la entrada, tomada de la red.
Como muchos restaurantes parisinos, presume de abolengo y tradición.
Los mariscos parecen ser la especialidad,
aunque esta langosta azul me mira como diciendo "no te atrevas a pedir este plato".
En todas las paredes hay cuadros y obras de arte...
Y a pesar de la fama, no es un restaurante especialmente caro, y como todos aquí, tiene un menú de dos o tres platos (entrada y plato fuerte o plato fuerte y postre), a un precio razonable:
Aquí con nuestros queridos amigos los Tallard:
Besos gourmet.
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