Muchos nos han mandado mensajes, preocupados por nosotros, con esta crecida del Sena, que parece ser de las peores que ha habido desde el siglo pasado. Agradecemos que estén pendientes de nosotros.
Entonces, nos lanzamos Ramón y yo a tomar las fotos necesarias para compartirlas con Ustedes, mis muy preciados y fieles lectores.
Así estaba ya desde la semana pasada, cuando amenazaba empeorar:
El periódico El País nos cuenta:
"La crecida del Sena continúa y este viernes llegaba ya a los 5,60 metros a su paso por París, a la espera de que este fin de semana, en la noche del sábado al domingo, alcance su punto álgido. Este sin embargo no batirá nuevos récords. Según las previsiones tanto de la prefectura de la Policía como del Ayuntamiento de París, el nivel máximo se situará entre los 5,80 y los 6 metros, por debajo de los 6,10 metros a los que se llegó en 2016 y muy lejos aún de la “crecida del siglo” registrada en 1910, cuando el Sena llegó a subir a su paso por la capital hasta los 8,62 metros. Muchos de los museos de la ciudad, como el Louvre o el de Orsay, han tenido que tomar medidas ante la crecida del río."
Por supuesto, así como nosotros, todos quieren llevarse la foto del evento.
Continúa la noticia del País:
"Tanto la capital francesa como sus alrededores se preparan para una crecida que lleva días trastornando la vida de miles de franceses y de turistas. El desbordamiento parcial del río que atraviesa la capital francesa y a cuyas orillas se sitúan algunos de los monumentos y museos más importantes del país y del mundo, como el Louvre o el Museo de Orsay, ya ha provocado el cierre de vías de circulación y de numerosas estaciones de transporte público.
La ministra de Cultura, Françoise Nyssen, ha asegurado que, desde el lunes, todos los museos situados a orillas del Sena han empezado a implementar sus planes de protección contra las inundaciones.
El Louvre, aunque permanecerá abierto al público, ya tiene en marcha las “primeras acciones preparatorias de una eventual evacuación de las obras del departamento de artes del islam, que permanece cerrado”, explicó el Ministerio de Cultura. También han sido evacuadas y trasladadas “a talleres situados en plantas elevadas” todas las obras que se encontraban en la Escuela del Louvre y el Centro de Investigación y Restauración de Museos de Francia (C2RMF), cuyas dependencias se encuentran en los sótanos del Louvre. El museo también mantiene una estrecha vigilancia de la situación sobre las áreas donde se guardan obras no expuestas.
El Museo de Orsay mientras tanto ha cerrado las salas del pabellón Amont para poder ubicar allí temporalmente las obras en reserva, hasta que pase la amenaza de la crecida. El Grand Palais está en “alerta de premovilización”, mientras que el Museo de Artes Decorativas y el Museo Jacques Chirac de artes y civilizaciones de África, Asia, Oceanía y de las Américas también están listos para evacuar las obras en reserva “si se presentara el menor riesgo”, aseguró Nyssen."
"Los museos no son los únicos puntos turísticos afectados por la crecida del Sena. Hace días que es imposible circular por las zonas paralelas al río —antiguas vías para los vehículos hoy dedicadas a peatones y ciclistas— porque están completamente inundadas. Toda la circulación fluvial está interrumpida, debido a que las aguas están tan altas que resulta imposible circular por debajo de los puentes que unen las dos orillas del río en París. Una medida que ha afectado a los turistas, ya que el tráfico de los bateaux mouches, las barcazas panorámicas desde las que se puede recorrer, a través del Sena, algunos de los tesoros de París —desde la catedral de Notre Dame a la torre Eiffel, pasando por el Louvre o el Orsay— están también inmovilizadas y sus embarcaderos completamente inundados. En vez de selfies con la torre Eiffel o la pirámide del Louvre a sus espaldas, estos días muchas de las fotos de los visitantes de París tienen al desbocado Sena como motivo principal."
La imagen de arriba muestra una de las grandes complicaciones para quienes viven o trabajan sobre el Sena, es que los muelles donde detienen o anclan sus embarcaciones, están bajo el agua, y corren el riesgo de romper los barcos, miren este, casi llegando al puente, donde definitivamente no podría pasar...
Por supuesto no faltó quien llevó a su perro a posar para la foto de la posteridad...
Frente a la Gare de Austerlitz está este hotel flotante, que en estos días, como no llegues en esa lanchita que está estacionada en la entrada, no creo que puedas acceder.
De los problemas mayores de París en una inundación es el drenaje, porque si el agua excede cierto nivel, puede empezar a salir por allí, ya se pueden imaginar con qué consecuencias. Aquí alguien revisando los niveles.
Es raro (y triste) ver el Sena sin sus barcos yendo y viniendo a toda hora. Aquí una patrulla, que apenas logró pasar por debajo del puente, en constante vigilia, porque a pesar de que advierten todo el tiempo a los turistas y paseantes que tengan cuidado al acercarse, no faltará el loco...
En algunos lugares es más evidente que en otros la inundación, por ejemplo aquí, atrás de Notre Dame, cerca de la Île Saint Louis, es muy claro. De hecho, no sabemos qué es esta construcción, y si algo queda de ella cuando termine esto, ya se las mostraré.
Esta imagen la tomé también de El País, porque es imposible bajar a los puentes, pero me gustó mucho.
Y en el caminar por los puentes, nos encontramos con el único que todavía permite los candados, en la Île de la Cité, atrás del Palacio de Justicia, todos los demás los han removido, según esto por seguridad, por la cantidad de toneladas que se cargan.
Aquí el chisme:
En mayo de 2010, la ciudad de París expresó su preocupación acerca del creciente número de candados en el Puente de las Artes (Pont des Arts), Pasarela Léopold Sédar Senghor (Passerelle Léopold-Sédar-Senghor) y el Puente del Arzobispado (Pont de l'Archevêché), declarando que "crean problemas para la preservación de nuestro patrimonio arquitectónico". Los candados de Pont des Arts desaparecieron misteriosamente en la noche del 11 de mayo de 2010, pero la administración negó haber sido responsable, hasta que se descubrió que habían sido retirados por un estudiante del Escuela de Bellas Artes para hacer una escultura.4 Inmediatamente, los candados del amor comenzaron a aparecer en el Puente del Arzobispado5 y desde entonces, se extendieron a por lo menos 11 puentes del río Sena, las pasarelas del Canal Saint Martin, y parques y monumentos por toda la ciudad. Muchos turistas erróneamente creen que es una antigua tradición parisina, sin darse cuenta que esta práctica apenas llegó a París a finales de 2008, después de haber afectado ciudades en Italia y en Asia. En enero de 2014, una campaña y petición, No Love Locks™, fue fundada por dos estadounidenses residentes en París, en un intento por salvar los puentes y monumentos históricos de la ciudad, del gran número de candados. Se atribuye a la atención prestada por los medios internacionales a la campaña, el inicio de las acciones tomadas en el verano y el otoño de 2014, cuando la ciudad empezó a buscar alternativas a los candados de amor, pidiendo al público que paren de colocar candados en los puentes y monumentos parisinos. El 9 de junio de 2014, el peso de los candados en Pont Des Arts fue culpado del colapso de una parte del parapeto.6 La ciudad hizo un experimento en setiembre de 2014 en el Pont des Arts, reemplazando tres paneles con un tipo de vidrio especial que prevendría la colocación de nuevos candados.7
Pero no hay forma de detener a las parejas de poner sus candados, miren:
Y aunque crean que la tradición comenzó en París, la historia es otra:
La historia de los candados de amor se remonta a un melancólico cuento serbio de la Primera Guerra Mundial, con una mención al puente Ljubavi (lit. "El Puente del Amor") en el pueblo balneario de Vrnjačka Banja.1 Una maestra de escuela llamada Nada, que era de Vrnjačka Banja, se enamoró de un oficial serbio llamado Relja. Después de comprometerse, Relja tuvo que ir a la guerra en Grecia, donde se enamoró de una mujer de Corfú. Como consecuencia, Relja y Nada rompieron su compromiso. Nada nunca se recuperó de ese golpe devastador, y después de un tiempo, ella murió debido a que le rompieron el corazón. Como las jóvenes mujeres de Vrnjačka Banja querían proteger sus propios amores, empezaron a escribir sus nombres, con los nombres de sus seres queridos, en candados y los colocaron en el puente en donde Nada y Relja solían encontrarse.
En el resto de Europa, los candados de amor comenzaron a aparecer a principios de la década de 2000. Las razones por las cuales los candados de amor empezaron a aparecer no son claras y varían dependiendo del lugar. Por ejemplo, en Roma, el ritual de colocar candados de amor en el Puente Milvio es atribuido a la novela de 2006 Tengo Ganas De Ti, del autor italiano Federico Moccia, quien hizo una adaptación cinematográfica en el 2007.
Le busqué con ganas un pequeño espacio para tomar desde allí una foto a la inundación, porque en esta pequeña esquina es más evidente, esto es lo único que encontré:
Aquí se ve más claro:
Y bueno, desde que les quitaron a los enamorados la oportunidad de colocar sus candados en los puentes, le buscan a lo que sea:
Para que se puedan dar una idea de la crecida del río les muestro estas dos fotos.
Esta es Notre Dame hoy,
Y aquí está el nivel normal (esta tomada de la red, seguramente en verano).
Bueno queridos, ya no los lleno de tanta agua, que con la que les ha caído a cada quien en sus países, ya sea lluvia o nieve, tienen bastante.
Los dejo con esta foto que le tomé a Ramoncito que me gusta mucho (la foto y Ramoncito).
Besos de más.
La foto de la Tour, desde bajo el puente, está de concurso. Qué bien ilustrado todo.
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