domingo, 14 de enero de 2018

Roma 2

Queridos:

Con esta, ahora sí, acabamos las reseñas de 2017. En la segunda estancia en Roma, al regreso de Sicilia, escogimos otro hotel, más cerca del Tiber, y por lo tanto del Campo de Fiori y el Vaticano. 
La primera visita fue al Campo de Fiori, donde hay una bellísima estatua de Giordano Bruno, otro personaje que Ramón admira enormemente. 



Un poco de su historia:


Nació en Nola, a unos 20 km de Nápoles, entonces bajo el dominio español. Estudió en Nápoles desde los diez años, en 1565 ingresó a la Orden de los Dominicos, donde se dedicó al estudio de la filosofía aristotélica y a la teología de Santo Tomás de Aquino (tomismo). Ese mismo año cambió su nombre de pila, Felipe, por el de Giordano. En 1575 fue trasladado al convento de la Minerva en Roma y fue ordenado sacerdote.​

Expresó en escritos y conferencias sus ideas científicas acerca de la pluralidad de los mundos y sistemas solares, el heliocentrismo, la infinitud del espacio y el Universo y el movimiento de los astros. Sus opiniones suscitaron un escándalo, y se formularon numerosos artículos de acusación contra él. Por temor a la Inquisición, a los veintiocho años abandonó la "prisión angosta y negra del convento" y huyó de Roma en 1576, comenzando una vida errante y aventurera. Desde entonces pudo decir con razón, que "toda la tierra es patria para un filósofo". Viajó por el norte de Italia: GénovaSavonaTurínVeneciaPadua, enseñando gramática y cosmogonía a los niños para ganarse la vida. Al mismo tiempo estudió intensamente las obras de Nicolás de CusaTelesio y adoptó el sistema de Nicolás Copérnico, lo que le valió ser combatido tanto por los católicos como por los protestantes. Se trasladó luego a otras regiones, como Ginebra 1579 y Lyon. En la Universidad de Toulouse se doctoró en teología y enseñó dos años (1580-1581). Escribió la Clavis magna (lulista) y explicó el tratado De Anima de Aristóteles. Tras recorrer otras regiones y realizar diversos escritos, regresa a Italia, fijando su residencia en Venecia, donde la Inquisición veneciana lo encarcela el 23 de mayo de 1592 y es reclamado por Roma el 12 de septiembre de 1592, pasando otros siete años en prisión, acusado de blasfemiaherejía e inmoralidad, para finalmente ser condenado, por hereje, impenitente, pertinaz y obstinado, a la hoguera, en la que murió el 17 de febrero de 1600 en Campo de' Fiori, Roma. Murió estoicamente, sin exhalar un grito. Rechazó al sacerdote que quería darle a besar el crucifijo. En 9 de junio de 1889 se erigió por suscripción internacional una estatua en el lugar de su muerte, exaltando su figura como mártir de la libertad de pensamiento y de los nuevos ideales.
En los costados de su estatua, hay unos sobrerelieves del juicio que lo llevó a la hoguera.



Pasamos toda la tarde allí, comiendo y bebiendo a su salud. Ya en la noche, un chelista nos alegró aún más el momento. Les comparto el minuto que grabé:  https://youtu.be/BwLjRJPQfdA
Al día siguiente quisimos caminar por  las interminables callecitas hermosas que llevan a diferentes plazas, como esta, en donde está el Panteón de Agripa o Panteón de Roma  (en italianoIl Pantheon) es un templo de planta circular erigido en Roma por Adriano, entre los años 118 y 125 d. C. completamente construido sobre las ruinas del templo erigido en el 27 a. C. por Agripa, destruido por un incendio en el año 80,​ dedicado a todos los dioses (la palabra panteón, de origen griego significa «templo de todos los dioses»). En la ciudad, es conocido popularmente como La Rotonda (la Rotonna), de ahí el nombre de la plaza en que se encuentra.


De ahí a la Plaza Navonna, que tiene tres fuentes:

La más importante es la Fuente de los Cuatro Ríos (Fontana dei Quattro Fiumi) situada en el centro. Fue encargada por el papa Inocencio X a Gian Lorenzo Bernini, su construcción se realizó entre 1648 y 1651. Representa los cuatro grandes ríos del mundo conocido por entonces, Nilo (África), Ganges (Asia), Danubio (Europa) y Río de la Plata (América). La fuente se encuentra coronada por el obelisco de Domiciano de 17,6 metros de altura, que este emperador mandó construir en Egipto.




Me llamaron la atención esos nopales, lo que me hace ver que los mexicanos no somos los únicos que los tenían, aunque sí tal vez los únicos que se los comían...


Esta otra, la fuente de Neptuno, ahí mismo, se las comparto en honor a mi mamá, que me contó que cuando fue de viaje con mi abuelita, hace 45 años, le gustó mucho:




Unas cuadras más y llega uno a lo que queda del Templo de Adriano, que fue construido en 145 y está ahora incorporado a un edificio situado en piazza di Pietra, Roma. El templo fue erigido en honor del emperador Adriano por su sucesor Antonino Pío.

Del templo romano solo se conservan hoy en día once columnas corintias de 15 metros de altura sobre un podio de cuatro metros de altura. Los restos que se conservan del templo se encuentran insertados en un edificio del siglo XVII obra de Carlo Fontana. En el edificio funcionó la Bolsa de Roma.

Aquí en la Plaza Madame, yo queriéndome tomar foto con los uniformados, ellos con cara de pocos amigos...



Sorprende la cantidad de africanos que han llegado buscando refugio, de todos los países, vendiendo lo que sea. Este, Mohamed, de Kenia, nos hizo plática, además de prácticamente regalarnos una tortuguita. Cuando dijo nuestra piel es diferente pero nuestros corazones no, le pedí una foto:


Me impresionó esta plaza,  Montecitorio (¡ gracias José Manuel, porque no me acordaba del nombre !) con este bello obelisco, y me encantó el momento de la foto, que parece haber dejado una estela de cometa en la punta:


Yo divertida con los nombres de las calles:


Este edificio, el Palacio de Justicia, la sede de la Corte Suprema, cruzando el río, rumbo al Castel Sant'Angelo es precioso y nos divirtió que el guía del Turibus dijera que era "austero":


Dimos una vuelta por la Plaza de San Pedro, y nos sorprendió que a pesar de ser 23 de diciembre no había la cantidad de gente que normalmente se encuentra. 


De regreso, una vista hermosa del Castel de Sant'Angelo sobre el Tiber:


Todo fue feliz en Roma. Y les hablaba de lo bien que comimos. Repetimos tres veces la Ostería della Vite (en esa calle, Via della Vite), y aquí la escena de nuestro amigo Moron, el mesero que nos recibió de tal manera, que nos invitó a volver, y qué decir de la pasta al frutti di mare...





Feliz año y besos romanos.

1 comentario:

  1. El obelisco del que no recuerdas el nombre es el de Montecitorio. Preciosa foto con la estela. Y la Via de Burro dicen que es una de las más largas de Roma.

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