Este museo, que reseñé varias veces antes, además de la inmensa colección permanente, tiene siempre exposiciones temporales muy interesantes.
Esta vez les comparto una crónica fotográfica del arroz en la cultura de China y Japón.
Un poco de historia:
Existen varias versiones sobre el origen del arroz, pero se tiene constancia que su cultivo se inició en Asia, concretamente entre la India y China, hace unos 7.000 años. Posteriormente pasó a Tailandia hace unos 5.000 años. Más tarde se expandió a Vietnam, Camboya, Japón y Corea.
Como curiosidad, en China, el arroz tenía una gran presencia social, tanto era así que se le atribuye a Confucio la siguiente frase: “Una cocina sin arroz es como una hermosa mujer a la que le faltase un ojo”. De hecho, tanto en chino como en japonés, la palabra “arroz” es sinónimo de comida. Famoso también es el Sake, licor japonés elaborado a base de arroz.
Aquí les van las imágenes:
Aquí la fotografía:
Inicialmente la siembra del arroz se hizo sobre terrenos secos y su productividad era muy baja. Después se empezó a inundar los terrenos y hacer pequeños diques, (en los que a veces se sembraban árboles frutales) para facilitar la circulación; aumentando la cosecha a dos o tres veces al año.
Los depósitos de agua se llenaban en la época de lluvias, permitiendo la irrigación de las parcelas, ya sea de forma manual o mecánica.
El cultivo puede hacerse tanto en terrenos planos como en terrazas, modificando profundamente los paisajes: los espacios de agua rodeados por la tierra crean misteriosas escrituras, el color amarillo de los brotes o los ilimitados verdes tiernos degradados y el agua, como un espejo que refleja el humor cambiante del cielo...
El ecosistema del arroz está también lleno de animales, patos, peces que además juegan un rol muy importante.
La preparación del campo es laboriosa y pesada y ocupaba entre treinta y cuarenta personas por día por hectárea.
Cuando el arroz madura, la planta tiene de 50 centímetros a un metro de altura, y se recoge una vez que el agua ha sido evacuada del campo.
Así se obtiene el "paddy" los atados de arroz todavía con la paja.
Aquí empieza el meticuloso trabajo de sacar el arroz de la espiga, que por supuesto se hacía a mano, mujeres, niños y hombres por igual. Luego, claramente el trabajo se fue mecanizando, dado lo cansado que resultaba.
Separado el arroz empieza la limpieza, para quitar los famosos "negritos del arroz".
Después el arroz se empaca en costales y se almacena para llevar al mercado.
Junto al cultivo alimenticio, vienen el aprovechamiento de la paja (del trabajo de los niños ni hablamos):
Nos llamó mucho la atención algunas escenas de mercados, en los que se muestra tanto el arroz como los derivados de él, como las canastas, las sandalias...
Y también los tatamis, o "petates" japoneses, la versión antigua de nuestros colchones...
Y qué me dicen de.. ¡ miren estas gabardinas !
Una gabardina incluso estaba expuesta:
Y por supuesto, no podían faltar fotografías relacionadas con el sake:
Aquí el vendedor.
Aquí estas alegres consumidoras.
Y aún sin sake, salimos igual de alegres nosotras (aquí Adriana y Gina), con esta oportunidad de asomarnos a la historia viva de un cultivo milenario, que cuando vamos al supermercado y tomamos una bolsa, damos por sentado. Más convencida estoy: uno ama lo que conoce...
Besos nutritivos.
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