Este fue el último puerto que tocamos, y el que más nos gustó. Una vez más, conocimos la ciudad gracias al Turibús y al barquito, y luego nos bajamos en lo que nos pareció interesante.
Es una belleza, limpia, ordenada, colorida, elegante...
Un poco de historia:
La ciudad de Estocolmo es administrativamente un municipio de la provincia de Estocolmo, con una población de 1 372 565 habitantes (2012), 2,1 millones en su área metropolitana. En el índice global de las ciudades 2008, ocupa el puesto 24 en el mundo, el número 8 en Europa y el número 1 de toda Escandinavia.
Estocolmo es a menudo conocida por su belleza, sus edificios y arquitectura, su agua limpia y abierta y sus numerosos parques, jardines y canales. Forma parte del grupo de ciudades conocidas vulgarmente como las «Venecias del Norte». Como capital del Estado, Estocolmo es la sede del Gobierno, el Parlamento (Riksdag), el Tribunal Supremo de Justicia (Hōgsta Domstolen). Alberga también el Palacio de Drottningholm, residencia oficial y despacho del jefe de Estado, el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia. La ciudad fue premiada con el título Capital Verde Europea 2010.
Uno de los edificios hermosos es el Palacio Real:
El palacio de Estocolmo (en sueco, Stockholms slott) es la residencia oficial y el mayor de los palacios de la monarquía sueca. (La residencia privada de la familia real es el palacio de Drottningholm). El palacio de Estocolmo está situado en Stadsholmen (“isla de la ciudad”), en Gamla Stan (la ciudad vieja) en la capital, Estocolmo. Su vecino es el Riksdag o Parlamento Sueco. (Esta foto tomada de la red). Esta siguiente es mía.
Aunque sólo pasamos con el autobús, nos encantó la arquitectura del Museo Nórdico. Como tenemos ganas de volver a esta ciudad, ya tendremos oportunidad de entrar...
Algunas de las cosas que vimos desde el barco y no puedo decirles qué son, pero se las comparto:
El Museo Vasa (que tampoco visitamos) es algo muy interesante:
En él se puede ver un barco de guerra del siglo XVII (el Wasa) con una curiosa historia: se hundió recién acabado de construir, en 1628, a 1300 metros de los astilleros. La causa fue simplemente que el barco fue demasiado inestable para poder navegar (en todos lados se cuecen habas). Fue rescatado en 1961. Fabián y Fer lo visitaron y nos lo recomendaron mucho.
Dos cosas interesantes que aprendimos es que en Suecia el agua es limpísima, y que las personas que pasan frente a un sembradío pueden tomar la verdura o fruta que quieran, siempre y cuando no hagan destrozos...
Pues después del barco nos fuimos a la zona antigua de la ciudad, en el camino nos encontramos con un señor disfrutando eso de las aguas limpias, simplemente pescando:
y conforme caminábamos nos íbamos encontrando con esculturas o construcciones fascinantes:
Majestuoso, ¿verdad?
Y luego nos perdimos por las callecitas hasta encontrar un restaurante...
Y, como el que busca encuentra, dimos con uno pequeño en una esquina, que resultó una maravilla:
Miren estas tapas, con lasaña de ciervo, salami de jabalí, paté de salmón (que seguro el día anterior aún nadaba contra la corriente), y un "bocadillo" (esa especie de hot dog) exquisito...
Comimos más de la cuenta y luego seguimos caminando para digerir un poco mejor. Al paso, encuentra uno los canales que no puede uno dejar de ver...
Frente a un café vimos que había muchos niños que se montaban en este león, yo eché a volar a mi niña, y también me subí para la foto:
De allí nos subimos al barco de nuevo, tristes de saber que se acababa la aventura, pero felices de llevar los ojos tan llenos de belleza. Y al salir nos despidió este atardecer:
Así es la llegada y la salida, llenas de casitas aisladas unas de otras, dignas de cuento.
Con esto, queridos, termina el relato de este viaje que recomiendo ampliamente a quien quiera llenarse el corazón de alegría.
Besos marinos.
Son Ustedes maravillados y maravillosos guías. JM
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