sábado, 20 de mayo de 2017

El kimono, la alegría de las mujeres japonesas

Queridos,

El Museo Guimet, de artes asiáticas, uno de los secretos bien guardados de París, además de ostentar una colección permanente impresionante, tiene siempre colecciones temporales muy interesantes. Se acordarán, quienes me han seguido estos años, de aquella del té que tanto me gustó.
Esta vez fue sobre el kimono (Au bonheure des dames, la alegría de las damas, decía...)

En esta exposición se  muestra la evolución de la moda japonesa del período Edo (1603-1868) al presente. Pero el nombre original del kimono es kosode y no es claro con exactitud cuándo apareció en Japón. Según algunas fuentes, empezó a usarse en el período Nara (646-794), que los japoneses adoptaron la forma de vestirse de los chinos, en la dinastía Tang (618-907). Lo que sí se sabe es que se dio primero en la nobleza, antes de esparcirse por toda la sociedad. Para realzar lo simple de su corte, que no tiene que ver con las curvas del cuerpo y se distingue poco entre la vestimenta del hombre y la mujer, se inventaron infinidad de diseños.

Ya en 1611 apareció en Japón la primera tienda departamental, llamada MATZUZAYAKA, donde se empezaron a confeccionar los kimonos.


Ahí se mostraron los primeros patrones...


que puestos en la tela se verían así:
Llama la atención que básicamente todos los diseños muestran el kimono por la parte de atrás, para que se vea el dibujo, por adelante tienen que empatar las dos tiras...


Como les decía, los diseños fueron infinitos, y se manufacturaban en seda, lino o algodón, y los colores venían de varias formas, ya sea pintar la tela bloqueando algunas partes con cera, como se hace el batik, aquí abajo se ven los motivos blancos, con esa técnica,


o combinando esta con el bordado de los diferentes elementos, que en muchos casos incluían hilos de oro o plata, como estos ejemplos...




El uso del kimono implicaba incomodidad desde el principio. Se requería que alguien más vistiera a la mujer, dada la complejidad y los pliegues, una especie de corsé rígido que hacía que sus movimientos tuvieran que ser lentos y armoniosos, todos hemos visto la forma en que las geishas se mueven...


Además del kimono en sí, lo que ensalza la vestimenta son, como siempre, los accesorios: cinturones, pasadores de pelo, bolsitas... no sin pasar de largo los zapatos, tan incómodos como el traje.

Miren algunos ejemplos:


Los cinturones,


pasadores,


peinetas...


bolsitas,


o, como decía, zapatos...



No podía faltar el kimono estrella, el traje de novia, con diseños que simbolizaban la felicidad, la fidelidad, la prosperidad, todo lo que quiere una novia cuando se casa...


El ajuar tenía otros elementos, que incluían todo tipo de accesorios que en nuestros tiempos serían incomprensibles:




Y no sólo en la noche de bodas, la intención general de un hombre al comprarle un kimono a una mujer...


era quitárselo...



En fin. El kimono, como todo, fue evolucionando, y en el siglo XX, con la ocupación americana de 1945 a 1952, influenciados por el extranjero, su uso y rol en la sociedad fue cambiando, y los mismos japoneses fueron viendo esta prenda con ojos foráneos, diseñando algo más cómodo y llevadero, que pronto influiría la moda en otros lugares:






Por supuesto, la moda francesa no podía quedarse atrás, y el diseño del kimono llegó hasta la Alta Costura...




No sé qué tan incómodo pueda ser este traje, pero miren el detalle de los pajaritos, e imaginen el tiempo de hechura:


Miren este camisón, también de "Haute Couture" todo hecho a mano:


Aquí el detalle...


No, si en refinamiento no hay límite.

Besos de seda.

martes, 16 de mayo de 2017

Colección de libros raros mexicanos en París

Queridos,
Por donde uno menos espera, salta la liebre. Qué nos íbamos a imaginar que un francés, de origen libanés estaría interesado en comprar libros raros de México, y que generosamente los quisiera prestar, así como así, para una exposición.

Serge Rizk ha dedicado décadas de su vida a hacerse de libros mexicanos. Junto con el experto en libros antiguos Jacques Benelli, está a la caza de tesoros. El Instituto Cultural de México en París puso esta exposición y tuvimos la suerte de asistir a la inauguración y conocer al dueño.

Los libros estaban protegidos, pero había videos que pasaban las hojas una por una, lo cual me pareció una idea genial, para tener acceso al libro sin maltratarlo. Aunque un poco distorsionadas de color, porque las tomé directamente del video, les comparto unas imágenes de este libro, Viaje pintoresco y arqueológico en las partes más interesantes de México, del arquitecto C. Nebel:







Sólo existen cuatro manuscritos o códices mayas en el mundo: el Dresdensis, el Peresianus, el Troano y el Cortesianus (aunque Léon de Rosny aportó la prueba de que el Códice Troano y el Cortesianus eran simplemente dos partes del mismo, divididas por razones mercantiles); en 1525, las autoridades eclesiásticas españolas se dieron a la tarea de quemar, en piras públicas, centenares de escritos del pueblo maya considerados "libros maléficos de brujería". Fue una enorme pérdida...


Pues este señor tiene uno de ellos...


Esta otra imagen, también tomada del video, habla del cultivo de la cochinilla del nopal en Oaxaca, de la cual se extrae el color púrpura, tan apreciado hasta nuestros días, tanto, que en un tiempo, se tasaba su precio por kilo, con el oro. Pues un francés, nada tonto, se robó un nopal con cochinilla y lo aclimató en Francia, y desde entonces bajaron bastante las exportaciones de cochinilla de México a Europa, que dejaban bastante buen dinero... En fin, inmigrantes de todo tipo han existido en el mundo, la cochinilla pasó la frontera sin papeles...


Esta imagen de Acapulco, que nos deja atónitos, al verlo ahora.


Me llamó la atención este libro, El México y su evolución social, me pregunto cómo se vería nuestra evolución social desde los ojos de los franceses...

También estaban expuestas algunas litografías sacadas de los libros, miren estas:



Interior de México.


Insigne mascarada de los jesuitas de Angelópolis en el México de 1647.


Este mapa de Nueva España y Nueva Galicia, hecho por el célebre cartógrafo holandés Willem Blaue, a principios del siglo XVI. Por cierto, este mapa lo vimos en el Museo Plantin-Moretus, gran coincidencia.



Mapa manuscrito único de Veracruz, que jamás fue editado, hecho por un oficial de la marina en el siglo XVIII. Se observa representado el Fuerte de San Juan de Ulúa.


Una hermosa imagen de Janitzio, en Pátzcuaro.


Muchas de las imágenes muestran el afán por permanecer "españolizados", los criollos en México procuraban vestirse con esa moda, aquí una imagen del chinaco, precursor del traje de charro. Puebla fue un claro ejemplo.



También había expuestas algunas fotografías de la época, en la que les gustaba disfrazar o vestir de mujeres a los niños (yo podría venderle una de mi abuelo...).


Un libro que me hubiera encantado abrir, de Alexander Von Humboldt, explorador, naturalista, geógrafo que viajó por América latina, alrededor del cambio del siglo XVIII al XIX y le describió al Occidente cosas que nunca se habían visto de América. Al ver la geografía, fue de los primeros en proponer que el continente americano había estado unido al africano. Dejó innumerables ilustraciones  hechas por su dibujante, Bonpland (aunque su nombre real era Aimé Jacques Alexandre Goujaud), que viajó con Von Humboldt durante 5 años por México, Colombia, el Orinoco y el Amazonas. Nuestro continente les debe mucho.

Esta foto, bastante deficiente, por la poca luz que había, pero no puedo dejar de mostrar al dueño de la colección.


Besos colectivos.

sábado, 6 de mayo de 2017

Amberes, sus museos

Queridos,

Dado que nuestra amiga Lilly tiene raíces y nacionalidad belga, atinadamente me preguntó tres cosas después de leer la primera reseña ¿no comieron bien? ¿No vieron el museo del diamante? ¿y los chocolates? Respuestas: Comimos de maravilla, no dejen de probar los mejillones, famosos en Bélgica, los chocolates no tienen igual, venden unos de manitas, conmemorando el nombre de la ciudad, y el Museo del Diamante no lo visitamos porque ya conocíamos el proceso, pero es muy recomendable. 

Aquí chocolates y diamantes hacer cambiar de talla, los primeros por obvias razones, los segundos sólo adelgazan la cartera...


Pues ahora les comparto dos de sus museos, aunque puede uno pasarse largo tiempo recorriendo los muchos que tienen.

La Casa de Rubens, donde pasó los últimos 26 años de su vida, ahora convertida en museo, no tiene gran cantidad de sus obras, pero puede uno darse una clara idea de lo bien que vivía el pintor, y de la cantidad de obras de arte que poseía. 

Un poco de historia: 

Pedro Pablo Rubens nació en Amberes el 28 de junio de 1577 y murió (también allí) el 30 de mayo de 1640.
Fue un pintor barroco de la escuela flamenca. Su estilo exuberante enfatiza el dinamismo, el color y la sensualidad. Sus principales influencias procedieron del arte de la Antigua Grecia, de la Antigua Roma y de la pintura renacentista, en especial de Leonardo da Vinci, de Miguel Angel, del que admiraba su representación de la anatomía, y sobre todo de Tiziano, al que siempre consideró su maestro y del que afirmó «con él, la pintura ha encontrado su esencia». 
Fue el pintor favorito de Felipe IV de España, su principal cliente, que le encargó decenas de obras para decorar sus palacios y fue el mayor comprador en la almoneda de los bienes del artista que se realizó tras su fallecimiento. Como consecuencia de esto, la mayor colección de obras de Rubens se conserva hoy en el Museo del Prado, con unos noventa cuadros.

La casa:



El jardín:



Muy pocos pintores han sido ricos en su tiempo, este fue uno de ellos. Lujo por todos lados:




Todas las paredes estaban cubiertas de repujado en piel.



Era un gran coleccionista de esculturas...

Miren este mueble:




Ahora un detalle:



Por cierto, después de ver las obras sensuales y rubicundas de Rubens, todas las mujeres nos sentimos sílfides, así como la riqueza y la felicidad, todo es por comparación...



Cómo ven el mueble de blancos...


Encontramos preciosas obras de Anton Van Dijck (su nombre en neerlandés), que fue su alumno y asistente.



Este otro, unos años más tarde, con un bigote bastante estilizado...




Este otro, con una historia increíble:


Este Van Dijck, (Estudio de uno de 5 magistrados) en posesión del Padre Jamie McLeod, de Derbyshire UK (ahora ya no tan U), y que había comprado por unos cientos de euros, resultó ser un verdadero Van Dijck, lo que volvió rico al Padre y le permitió arreglar las campanas de su iglesia. El nuevo dueño, un particular inglés, que por coincidencia hizo contacto con la Casa de Rubens, llegó al acuerdo de prestarlo a "largo plazo" y ahora podemos admirarlos los de a pie...



Y hasta ahora entendí cómo es que se sostienen esos cuellos de lino que usaban, gracias a este armazón de metal.



Esta preciosa obra, la Iglesia Jesuita de Amberes, pintada en mármol, de Wilhelm Schubert van Ehrenberg (1630-1687).



Rubens pintó muy pocos autorretratos, este, que en principio está en su Casa, estaba en restauración y volverá hasta 2018. Aquí una copia que saqué de la red.


Y ahora pasemos al otro museo que visitamos, el Plantin-Moretus. Algo de historia:

Christoffel Plantin nació en Francia en 1520 y murió en Amberes en 1589. Cuentan que llegó a Amberes con la intención de mostrar (o vender) una caja llena de incrustaciones que había fabricado, para conseguir trabajo allí, pero en el camino fue asaltado y además de perder su caja, quedó tan lastimado de las manos por defenderse, que no pudo seguir haciendo su trabajo. Pero como su lema en la vida era "trabajo y constancia", se levantó del fracaso y miren que si se levantó...

El museo rinde honor tanto a Plantin como a Jan Moretus (yerno de Plantin)
Se encuentra en su antigua residencia e imprenta. Después de varias generaciones de impresores, en 1876, Edward Moretus vendió la imprenta a la ciudad de Amberes.

El conjunto de la casa, talleres y museos, fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005.


El florecimiento de su imprenta se atribuyó erróneamente a la concesión por parte de Felipe II los derechos de impresión en exclusiva de los textos religiosos, aunque nadie consiguió este privilegio real.
Se encargó con Arias Montano de la impresión de la Biblia Políglota Regia y fue nombrado por ello architipógrafo regio por Felipe II.

En el museo se encuentran obras increíbles en tres rubros: religiosos, científicos y cartográficos. Increíble la cantidad de material que muestran, pequeños videos que ilustran sobre cómo se hacían los libros, los mapas, en fin, un lugar para quedarse horas.


Aquí sí se encuentran muchos cuadros de Rubens, sobre todo retratos, este de Plantin,

este de su esposa.


Este de Jan Moretus, el yerno.

El manejo del tiempo ha cambiado tanto, y en un lugar como estos hace uno conciencia de ello. Lo que se llevaban para hacer una sóla página de un libro, desde hacer las letras en metal que luego insertaban e iban formando la página...

Y como siempre, había errores, así que, a volver a empezar... Es interesante notar que las convenciones para la corrección siguen prácticamente iguales en nuestros días.





Les comparto dos pequeños videos, de un minuto cada uno, para que vean el fascinante proceso:

http://www.youtube.com/watch?v=jerH7jdvXzY

http://www.youtube.com/watch?v=3QnXvkar_uM



Las prensas,




Los tipos,



Aquí les copio unos de los libros más destacados:





Aquí un cuadro de Abraham Orteluis, famoso cartógrafo pintado por E. de Jans...


Aquí sus mapas...


Esta era la idea que se tenía de la Nueva España en 1579:



Aquí uno de los muchos libros religiosos...



Este soneto, escrito por el mismo Plantin, nos encantó a Ramón y a mí. 



Aquí la traducción que me hizo favor de enviar mi hermano José Manuel:




En fin, creo que me emocioné con esta reseña, y me pasé de fotos e información. Prometo ser más breve en la próxima.

Besos de arte...