lunes, 24 de abril de 2017

Camille Pisarro


Queridos,
Este año en París se estrenaron dos exposiciones importantes de Camille Pisarro. Una en el Museo Marmottan-Monet, que por cierto, es un museo que poco conoce el turismo y guarda de los más bellos cuadros de Monet, entre ellos L'impression, Solei levant, que le dio el nombre al Impresionismo. La otra exposición está en el Museo de Luxemburgo, a un costado de los jardines.
Un poco de historia:

Camille Pissarro nació el 10 de julio de 1830 en la isla de Saint Thomas en las Antillas, en ese entonces pertenecientes a Dinamarca, donde sus padres tenían una floreciente empresa de partes para navíos en el puerto de Charlotte Amalie, por lo que tuvo la nacionalidad danesa, que conservó toda su vida.


Hijo de Abraham Gabriel Pissarro, un judío sefardí de origen portugués con nacionalidad francesa y nacido en Burdeos, donde existía una importante comunidad de judíos portugueses. Su madre fue la dominicana Rachel Manzano-Pomié (¿cómo ven la combinación de lugares y sangre en su historia?)
 En 1847, tras concluir parte de sus estudios en Francia, regresó a Saint Thomas para ayudar en el comercio de sus padres. En sus momentos libres se dedicaba a dibujar.
Se le conoce como uno de los "padres del impresionismo". Pintó la vida rural francesa, sobre todo los paisajes y las escenas en los que aparecían campesinos trabajando, pero también escenas urbanas en Montmartre. En París tuvo como discípulos a Paul CézannePaul GauguinJean Peské y Henri-Martin Lamotte.


Este Paisaje Tropical, de 1853, muestra una primera época. Este cuadro se encuentra en la Galería Nacional de Caracas.
En un principio, prefirió pintar, más que los jardines trabajados, como Monet y Manet, el campo, silvestre, y la vida sencilla que tanto le gustaba. 
Varios de los cuadros que les compartiré fueron pintados en Érangy, donde pasó una larga temporada con su esposa Julie y sus dos hijos, el mayor Julien, que fue pintor como él y con quien tuvo una cercana relación, más que da padre a hijo, de colegas.


El abrevadero de Érangy, 1884.

El baño de pies, 1895.


Paisaje en Érangy, invierno. 1886.

Fue también en este lugar donde exploró el puntillismo,


La iglesia de Érangy, 1886.


Puesta de sol en otoño, 1886.
Ciertamente, estos cuadros se llevaban muchísimo tiempo (además de que en su tiempo tuvieron poco mercado), y como todos, Pisarro, en su necesidad de comer, también pintó acuarelas, que le llevaban mucho menos, y vendía bien.

Miren esta belleza, pintada en Pontoise:


Ciruelos en flor.

Fue, junto con Monet, uno de los principales clientes de Durand Ruel, que fue el mayor comprador y luego vendedor de cuadros impresionistas, que por cierto, en Europa no tuvieron aceptación en un principio, el público decía que "esos cuadros no estaban terminados". Fue en Estados Unidos donde se vendieron muy bien, y luego, ya en otro precio, volvieron a Francia. Nadie es profeta en su tierra...

Y para terminar, ya que estábamos en el Marmottan, les dejo estas tres joyas de Monet, de la misma época de Pisarro...


Campo de tulipanes, 1886


Brazo del Sena, en Giverny, 1884.



Vista del Parlamento inglés. Es impresionante, los dos últimos cuadros, viéndolos de cerca, parecen puras pinceladas sin sentido. Como el amor, para apreciar su belleza, hay que tener la distancia adecuada...

Besos impresionistas.






domingo, 16 de abril de 2017

Jardín de Luxemburgo

Queridos:

Con el enorme privilegio de vivir a tres cuadras de los Jardines de Luxemburgo, me di el lujo de caminarlo con la pura intención de captar imágenes para compartirlas con ustedes.

Un poco de historia:
Apodado familiarmente Luco, es un parque público parisino de 22,45 hectáreas, situado en el 6o. Distrito (o Arrondisment, como dicen aquí). El Luxemburgo es el jardín del Senado francés, cuya sede se encuentra en el Palacio de Luxemburgo.
En realidad, es un parque privado, abierto al público. Sufrió numerosas ampliaciones y recortes a lo largo de su historia, y el diseño actual corresponde en su mayor parte a las obras realizadas por el arquitecto Jean-François-Thérèse Chalgrin durante el Primer Imperio francés. Fue recortado con posterioridad por las obras de urbanización periféricas del barón Haussmann.

La cantidad de esculturas es interminable, en cualquier rincón se puede uno encontrar con cualquiera de estas:












Hay algunas, más especiales que otras, como la dedicada por sus admiradores, a Eugène Delacroix, que deben haber sido muchos, y ricos...



Están en constante mantenimiento...


 y eso es lo que permite que se vean tan hermosas, y den ganas de verlas y fotografiarlas.

El lugar es un verdadero remanso de paz, donde personas de todas edades vienen a caminar,


y mientras unos corren, hay quien simplemente se sienta a leer, sin mayor preocupación.


Este hermoso paraje me recordará siempre a Tavito, porque la última vez que vinieron, nos sentamos aquí un rato, a disfrutar.



Una variedad inmensa de árboles permite pasar horas en paz.


¿Quieren que los rodeen al caminar?


¿O sentarse bajo su sombra? Para todos hay...

También lindos lugares abiertos para venir de "pique-nique":




Impresiona el cuidado que le ponen a las flores apenas empieza la primavera, y la gente sale de sus casas después del invierno, urgidos de sol.




Así que me despido esta vez, llena de color...

jueves, 6 de abril de 2017

Estrasburgo

Queridos:

Hubo en Estrasburgo una reunión de becarios del CONACYT, que se organiza cada año, y esta vez le tocó a Ramón asistir y moderar un par de mesas, así que tomamos nuestro tren, que en hora y media nos puso allá.

Es una ciudad muy interesante, en el corazón de Alsacia una zona compleja y disputada dos veces por los alemanes, además de estar a minutos de la frontera, así que es muy fácil escuchar también este idioma.

En ella se encuentra el Parlamento Europeo (que se reúne también en Bruselas), y fue allí donde se desarrolló la reunión que duró tres días. Yo no pude entrar, dice Ramón que las normas de seguridad son muy estrictas, por obvias razones. De todos modos les comparto una imagen del edificio, que tomé de la red:




La ciudad es bellísima, quedé enamorada de ella. El centro histórico está rodeado del río Ill, y se puede uno pasar horas recorriéndolo.



En la punta del centro, se encuentra "El Puente Cubierto", donde se pueden ver tres torres, construidas como medidas de defensa para la ciudad, cerrando las esclusas de los trece arcos que lo forman, quedaba inundada la zona sur, impidiendo su asedio.


Desde aquí se puede ver la zona que se llama 'La Petite France", cuyo nombre originalmente no fue tan glamoroso. A mediados del siglo XVI y ante el aumento de los casos de sífilis, las autoridades locales mandaron construir un hospicio para acoger a los enfermos. El sitio elegido fue una casa abandonada junto a uno de los canales en los que se divide el río Ill a su entrada en Estrasburgo. En esa época la ciudad era una villa libre dentro del Sacro Imperio Romano Germánico y esta enfermedad era conocida como "el mal francés". Así que el muelle situado junto al hospicio tomó el nombre de Petit Français (pequeño francés) y luego pasó a la forma femenina para acabar extendiéndose a toda a la zona situada a su alrededor. 

Es una de las zonas más bonitas de la ciudad, donde se puede ver que convivían judíos, protestantes y católicos.






Aquí en un recorrido nocturno muy agradable que hicimos con Javier Garcíadiego y Julián Montemayor, con la maravillosa catedral al fondo.



Y hablando de catedral, creo que es una de las más bellas que he visto. Se construyó entre 1015 y 1439. Fue protestante del siglo XVI al XVII, que volvió a ser católica. Desde 1988 es Patrimonio UNESCO de la Humanidad. Miren por qué:




Hay un grupo de artesanos, carpinteros, plomeros, albañiles, que están desde hace muchos años, constantemente trabajando para mantenerla en orden...



De los órganos más bellos y mejor conservados que hemos visto:




El rosetón de la fachada es también algo increíble. En general, los vitrales están bastante deteriorados, algunos han sido restaurados, pero sabemos que es un trabajo de años y años...




Miren nada más el púlpito...


En fin, un agasajo.

Esta vez, no quise llenarme de museos, sino más bien "sentir la ciudad", caminando por sus calles y deteniéndome en los cafés a observar tranquilamente a la gente pasar. Pero quise entrar a uno, el Museo Alsaciano, donde muestran la vida cotidiana de la región. Les comparto algunos datos interesantes.



La madera era una de sus fuentes de trabajo y riqueza, así que las casas tenían muebles muy bonitos, algunos policromados, y se caracterizaban, aunque no lo parezca, por la facilidad con la que podían desmontarlos y moverlos, casi todos estaban construidos por piezas, fáciles de zafar y transportar. Me llamó mucho la atención ver una andadera, ya en esa época...



En este, por ejemplo, se puede ver el trabajo de los colores, además de que se desmonta la parte de arriba, y las puertas se zafan con bastante facilidad (eso decía la audioguía).



Aquí la estancia que muestra cómo se hacía la vida de cada día...

Esto me asombró: los partos eran en la casa, y la partera llevaba su "silla de parir"...



La cerámica también es muy importante para la región, y llama la atención la cantidad y variedad, tanto de jarras, platos y moldes para pastel que se hacen, a la fecha, cada tienda ofrece decenas de opciones.







En la zona residencial, donde se construyeron durante la ocupación alemana las casas más bonitas, está la iglesia de Saint Paul, bellísima.




En fin, me quedo corta con esta descripción de tan hermosa ciudad, espero no haberlos abrumado con tanta imagen.
Besos alegres.