viernes, 26 de abril de 2019

Temascaltepec y las orquídeas

Queridos,
Seguimos gozando de esta paz que da la vida cerca de la naturaleza. Ramón avanza en sus escritos para el sabático y yo en la recuperación de las fuerzas para emprender el regreso a la CDMX.

Esta reseña se la dedico a Beatriz, que es una amateur orquideófila formidable.

Los dueños de la casa que rentamos aquí en Valle de Bravo, Inés y Sandro Cusi, son profesionales de las orquídeas, y se han dedicado a ello los últimos 20 años de su vida. Fuimos a visitar su vivero en Temascaltepec (Orquídeas Río Verde para quien esté interesado), a unos 40 minutos de aquí.  Regresamos enormemente sorprendidos.

He aquí el relato:


El clima y la altura del lugar propician que las orquídeas se den en los árboles libremente, y es por eso que en toda esta zona se venden las plantas que los lugareños bajan de los árboles.
Desgraciadamente esta práctica está acabando con ellas. Parte del trabajo de los Cusi ha sido educar a los habitantes de la región, para que antes de vender las plantas, las reproduzcan y con ello no se acaben, como tantas cosas en nuestros tiempos...

Al llegar al invernadero se encuentra uno con diversos carteles.

Este primero, que habla de Teódulo Chávez, una de las personas importantes para ellos, en este trayecto de las orquídeas:




 Esta foto es de la red, para que sepan cuál es la laelia albida, y puedan imaginarse un ramo con 100 de estas...




Hay otro cartel que me llamó mucho la atención:


Es interesante cómo cuando hay los recursos, no importa de dónde se tenga que traer "lo exótico" de la vida, por ejemplo la pimienta, que llevó a la muerte a tantos aventureros que hicieron lo que fuera por llevar a Europa la codiciada especia...

Bueno, pero seguimos con nuestra historia:

En el invernadero nos topamos con una belleza increíble, además del amor con el que la pareja cuenta lo que son las orquídeas y lo que implica reproducirlas.


Aquí Inés nos cuenta lo que ha sido para ellos esta aventura y esta forma de vivir.

Miren:


En este tubo de vidrio de arriba hay cientos de miles de semillas,


y siguen su proceso en este frasco. Las plántulas las venden a todo el mundo, a los orquideófilos que los conocen y saben que los Cusi se han dedicado a conservar y salvar muchas especies mexicanas que estaban en peligro de extinción (había algunas incluso que parecían extintas y pudieron rescatar).


Desde la entrada nos reciben bellezas que podemos llevarnos a nuestra casa.


Entra uno al primer vergel. Tengo que compartirles muchas hermosuras, esta vez me van a disculpar si exagero con el número de imágenes:


Cada orquídea tiene una forma diferente de ser polinizada, y los insectos específicos entran en los pequeños espacios de la flor, para traer el polen.


Miren en esta de abajo, Sandro sacó el polen para mostrárnoslo, es el punto que está en su uña (por supuesto lo volvió a colocar en su lugar).




Aquí Sandro, orgulloso de cada una de sus plantas...


Inés no se queda atrás.
Han logrado 'crear' o producir nuevas especies, algunas llevan los nombres de sus nietos.
Aquí los dejo con esta cantidad de bellezas:
















Esta de arriba, se llama Pía Cusi, su nieta.

El precio de cada orquídea depende de los años que tarda en florear. Hay algunas que tardan hasta 15 o 20 años. Quien las aprecia, las paga.




Luego pasamos al laboratorio:



El trabajo es sorprendente:


 La semilla crece en este 'caldo' de arriba, que tiene una fórmula especial, y a veces se requieren cosas tan exóticas como jugo de piña para hacer la mezcla.

Aquí abajo las 25 plántulas que debe llevar cada frasco. El trabajo de selección lo hacen mujeres, que nos dicen, son las más meticulosas en la tarea:



Cuando tienen el tamaño adecuado, están listas para la venta:


Aquí la producción:


Estas otras empiezan el proceso de crecimiento para un día ser vendidas aquí en el lugar, o enviadas a cualquier lugar del mundo, ya como planta adulta:


"Estas estarán listas en dos años", me dijo Inés. Qué paciencia se requiere para un trabajo así, además del riesgo que implica la producción, que se expone al clima, las enfermedades, en fin.
Este tipo de profesión me admira mucho, porque es apostarle a la vida, a lo valioso de la vida, esperando que otros también lo valoren...

Volvimos a la casa con varios ejemplares, felices.


Esta es una de ellas.

Debo decirles que también en nuestra casa, los árboles están llenos de orquídeas. Miren:


Estas abrieron hoy:


Estos meses me han enseñado que nada alegra más, que vivir rodeado de flores.




Besos de colores.

1 comentario:

  1. Soy florista y estoy buscando orquídeas phalenopsis blancas me podría mandar información 5525640097 marlyne galante

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