domingo, 4 de noviembre de 2018

Museo Fragonard

Queridos,
Quien me sigue desde hace varios años, se acordará que visité este museo en 2012. Ahora lo hice en otro recinto (tienen dos sedes), más grande y de hecho más organizado. Esta vez pudimos escoger en qué idioma queríamos la explicación, dado que las visitas son siempre guiadas, (la otra vez lo hice sola y no permitían fotos).

Primero les cuento que la Casa Fragonard de perfumes, no exporta y básicamente no se anuncia. Sólo vende en sus tiendas y en los museos que tiene en París y en Grasse.

La historia del perfume ya se las he contado, dado que reseñé el otro Museo del Perfume, más nuevo, hace unos meses. Aquí les daré algunos datos más, sobre el uso del perfume en Francia.


El museo está a dos pasos de la Ópera Garnier, en 3-5 square Louis Jouvet. Aquí arriba una imagen de la puerta de entrada.

La visita empieza con diversas imágenes de la enorme variedad de flores que se utilizan (entre otras cosas) para producir un perfume:



A pesar del avance de la tecnología, la recolección de las flores sigue siendo a mano, por ser tan delicadas:



Siempre es bueno recordar la cantidad de flores que se necesitan para hacer un perfume, y así comprender el precio que se paga por ellos:




Hay dos procesos para obtener el aceite esencial de las flores:



Se puede hacer en estos enormes recipientes, y añadiéndoles solventes (ciertos alcoholes), dejándolos reposar varias horas, y esta es la forma más moderna,




O de la forma más tradicional, a base de destilación, en estos alambiques.
De las dos maneras, se obtiene una pequeña cantidad de "absoluto", en el caso de los solventes, o de aceite esencial, en el caso de la destilación.

Antiguamente, se hacía de forma mucho más delicada y lenta, obteniendo el aceite a base de grasa animal a la que se le añadían las flores, y luego destilándolo. El proceso tardaba un mes, y cada día había que cambiar las flores:



Este proceso ya no se usa más.

En la visita nos mostraron algunas imágenes del origen de los productos que se usan:







Pasamos luego a la zona de las "notas". En estos frascos se pueden oler todos los aromas que se utilizan para hacer sus perfumes.

Un dato muy interesante fue conocer la Pirámide Olfativa:



Un perfume va cambiando de aroma conforme pasan las horas. Las primeras notas que manda se llaman "de cabeza": son las notas cítricas, que duran de cero a dos horas. Son las esencias como el limón, la naranja, la bergamota, el azahar. O las flores como la lavanda, la menta, el tomillo o la mejorana.

Después el perfume pasa a las notas "de corazón", aquí están las notas que llaman "verdes", como el geranio, la violeta o el narciso; y las notas "florales", aquí entra la rosa, el jazmín, el iris; también las "frutales", como la ciruela, el melón, la frambuesa. También surgen las notas "especiadas" como la nuez moscada, el jengibre, la canela, el cardamomo, el clavo. Estos aromas son perceptibles de la segunda a la cuarta hora.

Finalmente llegan las notas "de fondo", notas más "maderadas" u "orientales": chocolate, vainilla, cedro, patchouli. Estas pueden durar hasta 24 horas. Un perfume que se precia de bueno, debe llegar hasta aquí.

La diferencia en el tiempo que queda el perfume en la piel, se debe a la concentración de las esencias y el fijador.

Y ahora pasemos a otra cosa.
En un principio, los perfumes no se vendían envasados. Las personas llevaban sus propios frascos para se llenados con el producto que escogían.
Se pueden imaginar entonces, el comercio de los recipientes, y lo que llegaban a costar.
Aquí varios ejemplos:








También mostraban algunos "necesaires", con algunas cosas que tal vez ahora no nos parecerían tan "necesarias":



Algo que nos llamó mucho la atención fue esta caja de "moscas":



Resulta que las mujeres de hace unos siglos, para ocultar las imperfecciones de la cara, se ponían unos lunares de terciopelo, que se pegaban fácilmente a la piel, debido a la cantidad de grasa y maquillaje que tenían encima. Podían tener hasta 14 lunares a la vez... (sin comentarios).


Todos sabemos que el perfume, entre otras cosas, se usaba para disimular los olores corporales debido a la falta de baño. La Iglesia en esa época, por ejemplo, recomendaba evitar, SOBRE TODO, el agua y el jabón, que podía abrir los poros y permitir la entrada de las enfermedades...

Entonces, además de rociarse con perfume, llenaban las habitaciones con olores fuertes, miren estos difusores. En general tenían productos sólidos como incienso o madera, que con el calor aligeraban un poco el dolor olfativo...





Con el paso del tiempo, los perfumeros encontraron que podían vender los perfumes envasados. Así empezaron los primeros frascos. Este, de los icónicos de Fragonard, que envasaba el perfume "Gardenia", estaba diseñado por Lalique. En ese tiempo todavía valía tanto el perfume como el frasco.



Pero todo es mercadotecnia, y para abaratar el producto y que llegara a un mercado mayor, los frascos fueron volviéndose más accesibles y empezaron a surgir las etiquetas:




Aquí los fundadores de Fragonard, en 1910 en Grasse, Jeanne y Eugène Fuchs:



Si uno está verdaderamente interesado en el tema, puede tomar un taller de dos horas, en inglés o francés, y hacer su propio perfume:



Al salir de la visita, se encuentra uno con la tienda. Ahí nos dieron una demostración práctica de diferentes aromas, y luego nos ofrecieron un jugoso descuento en caso de querer consumir. Ya se pueden imaginar:





Besos perfumados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario