domingo, 17 de septiembre de 2017

Fundación Louis Vuitton

Queridos:

Nos hablaban mucho de este lugar, no tanto por lo que tenía de exposición sino por el proyecto. De hecho, cuando llegamos resultaba que no había NADA expuesto, y aún así cobraban la entrada para ver el lugar.
Está anunciada como Un iceberg en pleno París, una nube de vidrio que flota sobre el Bosque de Boulogne...




La nave de la Fundación Louis Vuitton es el resultado de un encuentro: el de Frank Gehry, arquitecto estadounidense (autor, entre otros, del Museo Guggenheim de Bilbao, del Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles y de la New York Tower) y de Bernard Arnault, presidente de la Fundación Louis Vuitton y mecenas, que desea promover y apoyar la creación artística contemporánea. Es en pleno corazón del Jardín de Aclimatación, uno de los más bellos de París, donde ambos han logrado crear este lugar excepcional, un recinto emblemático de estos comienzos del siglo XXI. 




Ciertamente, es una obra arquitectónica muy especial. Así lo anuncian: 
El innovador vidrio curvado de la nave transforma realmente los principios de la arquitectura. Se produce entonces un juego sofisticado entre las vigas de madera clara y acero que se entremezclan, favoreciendo de este modo el despliegue de 12 velos de vidrio que reaccionan a la luz. Transparentes, con formas dispares y despegadas de la estructura de hormigón inmaculada, se reflejan también en un espejo de agua.



Antes de ir vimos de qué se trataría la visita: Dedicada a todos los estilos de la creación artística moderna y contemporánea, esta obra maestra arquitectónica de 3.500 m² reúne: 11 salas de exposición, con la colección permanente de la Fundación Vuitton (colecciones de artistas de renombre como Christian Boltanski, Pierre Huygues o Bertrand Lavier).

Pero resultó que al llegar no había ninguna exposición excepto estas en el auditorio:



Es decir, 5 paneles de colores creados por Ellsworth Kelly (1923-2015, EUA). Que me perdonen mis amigos los que aman el arte contemporáneo, pero estas obras en nada cooperan para que aumentemos nuestro gusto por él...

Bueno, a pesar de que no había exposición decidimos pagar la entrada para ver el edificio. Y valió la pena porque realmente el juego que tiene la madera, el hormigón y el vidrio, junto con los espejos de agua le dan a uno el placer de caminarlo.

Algunas escenas:




La vista desde las terrazas es hermosa, ya sea a la Defensa,


Al jardín de Aclimatación,


al bosque de Bologne,



 o con la Torre al fondo, que nos gustó mucho


Fue aquí en las terrazas que encontramos otra Obra, o tal vez debo decir Instalación, Donde viven los esclavos, de Adrián Villar Rojas, 2014, que pretende mostrar la mezcla del ser humano con la naturaleza... (diversas opiniones de quienes la vimos), ¿qué opinan Ustedes?



En la planta baja hay un grupo de espejos muy interesante, nos pusimos a jugar como niños Emilia, Ramón y yo:







Los pasillos y la mezcla de la arquitectura con los espejos de agua es también muy interesante:







Decidimos comer en el restaurante, que además de bonito (nos gustó el móvil), resultó delicioso:



Nos sorprendió un sashimi de pulpo, un ceviche de quinoa y unos camarones empanizados:



Valió la visita.

Besos modernos.

domingo, 10 de septiembre de 2017

UNAM-FRANCIA

Queridos,
Ya tenemos 8 meses aquí y apenas les voy a presentar nuestra sede. Les cuento un poco de lo que ha sido la internacionalización de la UNAM:

Hace más de 90 años José Vasconcelos inició, en la Universidad Nacional (cuya autonomía llegaría hasta 1929) la Escuela de Verano, para enseñar español a los extranjeros, principalmente a los americanos, una de las primeras tareas de "extensión" de la UNAM.

La primera escuela foránea fue la UNAM-San Antonio (Texas), que se creó en 1944, y a la fecha es una escuela de extensión que enseña idiomas y difunde principalmente el español y la cultura mexicana, al mismo tiempo que promueve el intercambio de las universidades americanas con la UNAM. Con ese mismo espíritu se fueron abriendo nuevas sedes.

La siguiente  fue la UNAM-CANADA, en Gatineau (Quebec), frente a Ottawa, que se creó en 1995. A la fecha se cuenta con 11 sedes internacionales, que en orden cronológico, y además de las que ya les mencioné son: Chicago, Los Ángeles, Seattle, Pekín, Madrid, París, Londres, Costa Rica, Tucson.

Esta sede inició en 2014, y fue acogida por la Universidad Pierre et Marie Curie (Paris VI), en el Campus de Cordeliers, en la calle École de Médicine en el barrio de Saint Germain-Odeon. Esta Universidad forma parte del sistema de universidades de París (I-XIII), dentro del cual está la Sorbonne, hoy en día en proceso de refusionarse. París IV y París VI se unieron este año para formar "Sorbonne Université", que iniciará formalmente el 1o. de enero de 2018.
Por cierto,  la UNAM es la única universidad del mundo que tiene una sede en el sistema de universidades en París, con un acuerdo bilateral, abriendo la posibilidad de intercambio entre profesores y alumnos, estudios conjuntos y colaboraciones.

A su vez, nuestra Ciudad Universitaria acoge a algunas de las universidades anfitrionas de las sedes.

Ahora un poco de historia del convento de los Cordeliers (nombre que viene del cordel que usaban los franciscanos) donde se encuentra la sede:




Los franciscanos, que llegaron muy pronto a la ciudad de París, hacia el 1220 se instalaron en Saint-Denis y en 1230 se trasladaron al sur, y ocuparon unos terrenos junto a la nueva muralla que Felipe II de Francia había construido a partir del 1200. El lugar pertenecía a la abadía de Saint-Germain-des-Prés que lo cedió a los frailes menores con ciertas condiciones para proteger los derechos parroquiales que tenían. 

Gracias al apoyo de San Luis (rey de Francia entre 1226 y 1270) los franciscanos construyeron una gran iglesia (105 m de largo) comenzada a mediados del siglo XIII, consagrada en 1262 y puesta bajo la advocación de la Magdalena.


El convento se convirtió desde muy pronto en una escuela que daba servicio a todas las provincias de la orden franciscana, lo que hacía que la población en el interior de la casa fuera muy numerosa.

En 1580 la iglesia fue víctima de un incendio que la dejó fuera de uso y obligó a su reconstrucción, una obra que se prolongó hasta el siglo XVII (fue consagrada en 1606).

En 1776 fue suprimida la orden de los celestinos (no sabemos cómo pasó de los franciscanos a los celestinos, una rama de los benedictinos), lo que dejó vacante su convento de París (1786) y a raíz de ello se propuso a los frailes menores que ocuparan aquel lugar, lo que debía permitir utilizar sus terrenos para otros fines, pero la Revolución llegó antes y las dependencias fueron ocupadas y puestas al servicio de diversos organismos: archivo de la Chambre de Comptes, cuartel, sede del Club de los Cordeliers, (también llamado Sociedad de los Amigos de los Derechos de Hombre y el Ciudadano, fundado en 1790, y disuelto en 1794,  un club revolucionario fundado por Georges Danton).

El lugar fue luego biblioteca y finalmente Escuela de Medicina. 

Hacia el 1804 se derribó la iglesia, y los terrenos se irían reedificando. Actualmente sólo queda en pie el gran refectorio, construido entre el 1370 y 1505.

Esta foto de arriba está tomada de la red porque de unos meses para acá está en restauración (nosotros no la veremos terminada y todo está lleno de andamios y rejas). 

Esta es la puerta de entrada de la Universidad, (en estos momentos también en obra).





La Universidad está dentro de lo que fue el claustro de los monjes, como se ve en la imagen de abajo:




Al fondo del patio un elevador (o escalera para los valientes porque los pisos son altísimos) lleva al tercer piso, donde se encuentra la sede (en el edificio B):




Esta es la vista del patio:



No se imaginan la emoción que da ir caminando por este recinto tan lleno de historia, y pensar que la UNAM tiene un espacio aquí.

El lugar está lleno de esculturas de diferentes médicos e investigadores de la salud:






Y aquí, ésta de La Muerte, para recordarles a los médicos que cuando te toca, ni aunque te quites...



En pleno patio está el auditorio (o anfiteatro) donde fueron las conferencias como la que les platiqué de Vermeer.


De noche luce aún más...



Aquí el cartel que también nos da mucha emoción ver:





Al llegar al tercer piso a la derecha, la puerta nos recibe llena de color:



Y el pasillo de la entrada también:



Luego el pasillo da la vuelta. Por cierto, para quien tiene curiosidad de cómo se ven los techos inclinados de París por dentro, así son:








Después de meses de espera, finalmente el equipo completo, Ramón, René Ceseña y Emilia González.

Emilia acaba de llegar; aquí en su primera videoconferencia con México todos juntos...




Se está  empezando a organizar un coro que le dé difusión a la UNAM y a la música mexicana, iremos a donde se pueda. Como casi siempre, las voces femeninas siempre más numerosas, los hombres como que no se animan... A la izquierda nuestro director, Ivan Adriano Zetina, un músico de Mérida, egresado de la ahora Facultad de Música (antes Escuela Nacional de Música de la UNAM).




Aquí Ramón muy trabajador.


Esta es la vista desde la ventana de las oficinas, hasta al fondo se alcanza a ver Notre Dame:


El primer plano, al otro lado de la calle se puede ver la Universidad René Descartes:


Aquí todo tiene siglos, y tradición...
No tengo ni qué decirles, estamos felices.

Besos universitarios.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Parc de Sceaux

Queridos,

París está rodeado de verde. Basta subirse al primer tren suburbano que se encuentre, y bajarse donde uno vea árboles, para sorprenderse.

Esta vez, sabíamos de la existencia de este parque y no quisimos dejar pasar el verano para disfrutarlo. Se encuentra a una media hora de la ciudad y unos minutos caminando desde la estación del tren.

Nos sorprendió en el camino encontrar casas parecidas a las de las Lomas en México...



Esta de arriba ocupaba TODA LA MANZANA. La barda cerrada no dejaba ver adentro, pero podíamos imaginarnos... Nos dijeron que varios artistas viven en esta zona.

Un poco de historia:

El parque tiene 181 hectáreas, diseñado por Le Nôtre en los terrenos de Juan Bautista Colbert. El palacio que albergó fue destruido en la época del Consulado (Napoleón), entre 1802 y 1804.
Este castillo fue la residencia de la duquesa de Maine, nuera de Luis XIV.
El castillo actual, mucho más pequeño, edificado por el segundo duque de Trévise, hijo del mariscal Adolphe Édouard Casimir Joseph Mortier, en el Segundo Imperio, es de estilo neo-Luis XIII.

Aunque no lo visitamos es un museo importante, que tiene obras provenientes del Museo Carnavalet, el Orangerie entre otros.


Uno entra y se llena de color y aromas.






El parque cuenta con una alberca, canchas de tenis, futbol y rugby.

Imposible recorrerlo todo, pero no importa qué camino se tome, no decepciona.




¿Qué historia contará este tronco? Hace tiempo alguien me dijo, "El hombre es como el árbol, se mide cuando está caído"...




El lugar está lleno de esculturas,




y fuentes que aún sin agua son hermosas...



Después de unos minutos de caminata llega uno al estanque,



Aquí una foto de la red de otra área del estanque:


Me sorprendió ver un pato durmiendo (¿sabían que lo hacen en una sola pata? yo no).



Y creo que me sorprendió aún más ver a estas dos señoras, frente a esa belleza, y mejor atentas a sus pequeñas pantallas... la tecnología no perdona edad.




Ramón venía muy preparado cargando nuestra maleta de pique-nique (como dicen aquí), que nos heredó Mariana...



En una de las escaleras para llegar al estanque sorprenden estas dos esculturas,







Y pues al pie de una de ellas decidimos sacar nuestras tortas...


Encantados de que en Francia uno pueda beber a pleno sol...

Pero como no traíamos postre, y no puede faltar el lugar para surtirse,


Decidimos tomarnos un helado "artesanal"


Compartimos la mesa con un par de franceses que viven en Antony, una pequeña ciudad al otro lado del parque, (muy cerca del aeropuerto de Orly) y que simplemente tenían ganas de platicar.

En Francia es muy sencillo pasar un lindo día.

Besos simples.