Queridos,
Hace un año que comenzó este sueño de que Pedro nos honrara con traer una exposición suya al claustro de la Sorbonne. Le mostramos el lugar y empezó a idear cómo armonizar los cuadros en las 48 vitrinas con las que cuenta el lugar.
Finalmente todo llega y así fue con la fecha. Con su familia vinieron cargando con los 74 cuadros ("telas", dijo cuando le preguntaron en la aerolínea qué traía). Unos amigos inclusive, vinieron a acompañarlo cargando también un paquete con las "telas".
El proceso empezó por preparar las vitrinas. Estamos seguros que desde que se creó la Sorbonne (1235) no se habían limpiado...
Mientras, se preparaban los lienzos con velcro para pegarlos:
Y empieza el montaje:
Aquí Laura (esposa y compañera solidaria de Pedro en todas las exposiciones) con él, colgando la primera pintura.
Y como decía un anuncio de Mexicana "La primera siempre será la primera..."
Y a seguirle...
Horas de trabajo, y no perdemos la sonrisa.
Habíamos pensado que necesitaríamos un "nivel" para que quedaran derechos, pero Pedro dijo que lo haríamos "a ojo". Bueno, se necesita un "ojo" como el suyo.
Se va viendo...
Empieza a tomar forma...
¡Ah, qué gusto tenerlo aquí!
Y pues llegó el día de la inauguración, 6 de agosto. La primera persona que entró fue una argentina con su hijo, que viene siguiendo a Pedro por Facebook, y al enterarse de la exposición, estando de visita en París salió corriendo a conocer al pintor.
Las cuatro de la tarde y empieza a llegar la gente. Pedro, generoso, llevaba además de las obras, un centenar de catálogos de la exposición para regalar, la mitad incluso con traducción al francés. Algunos tuvieron la suerte de llevárselo a su casa.
Juan, Mariana y Nico fueron los encargados de servir el vino.
En el caso de Mariana, también la hizo de traductora de Pedro cuando hizo falta.
Y es que siempre es un placer saludar al pintor en una inauguración...
A los franceses les encantó la obra. El colorido de México no tiene límites, y el talento de Pedro innegable...
Aunque afortunadamente los cuadros estaban protegidos, porque no falta el cansado que se quiere recargar...
Aquí al centro los amigos solidarios que ayudaron a Pedro a traer los cuadros desde México.
La inauguración estuvo a cargo de Ramón, Pedro y nuestro Embajador de México en la UNESCO, el Dr. Federico Salas. Da mucho gusto presentar a un pintor con ese prestigio, y los 9,000 cuadros que lo avalan. (No parece tener la edad de haber pintado 9,000 cuadros, pero es que se levanta temprano...)
Aquí los tres:
Aquí Pedro y Laura, los hijos de Pedro, que igualmente solidarios, están presentes en cada exposición de su papá.
Empiezan las caras de satisfacción del deber cumplido, y del éxito.
René, Emilia y Ramón, los tres integrantes del equipo del CEM UNAM Francia.
Aquí el equipo (casi)completo de los que participamos en la exposición (faltan Laura, Pedro y Laurita).
Un éxito rotundo. Calculamos más de doscientas personas entre los asistentes.
Estamos seguros de que aunque habrá en la Sorbonne muchas más exposiciones, difícilmente tendrán una tan colorida...
Y cuando terminamos de recoger lo que quedaba, ¡ Ay ! nos sorprendió la noticia de que el puesto de Director de los CEM-UNAM deja de existir, y las sedes foráneas se quedarán a cargo de los Secretarios Académicos, así que en enero volvemos a nuestro amado país y dejamos esta belleza...
Besos agridulces.
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